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miércoles, 22 de julio de 2009

Una mirada distinta




Hace varios años, encontré en internet esta imagen. Siempre me fascinaron las ilusiones ópticas. Y esta no quedaba afuera. Entonces se me ocurrió escribir un cuento con este dibujo. Con el caballo y la rana. El cuento fue publicado por la editorial Ediba, en su revista Maestra de Segundo Ciclo, hace un tiempo atrás.
Hoy, en mis clases de Creatividad, cada vez que leo este cuento, los adolescentes que lo escuchan, quedan atónitos cuando al final de la lectura les muestro ambas imágenes. Quedan igual que los alumnos de Emilce.

Los invito a leerlo.


Una Mirada distinta

Emilce le entregó a cada chico que ocupaba el banco de adelante de la clase, una pila de dibujos iguales. Les pidió que se quedaran con uno, y que el resto lo pasaran para atrás, a su compañeros.
            Mientras los dibujos pasaban de mano en mano, los chicos lo observaban con mucha atención. La maestra miraba sus caras y se reía. Entonces anunció:
            –Les entregué a todos el mismo dibujo. ¿Alguien me puede decir qué animal ve?
            –Una rana, seño. Es una rana en el agua –contestó Bruno muy seguro.
            Entonces se escuchó que muchos de sus compañeros decían “Si” en voz alta. Pero otros, en silencio, fruncían el ceño y miraban preocupados el  dibujo.
            –No, seño, no es una rana. Es un caballo –dijo Noelia, dudando de la respuesta de Bruno.
            Entonces, la otra mitad de la clase, asintió con la cabeza. “Es cierto. Yo también tengo un caballo”.
            Todos empezaron a gritar: “Es un caballo”, “No, es una rana”, “Están equivocados, es un caballo”
            Frente a una clase muy confundida, Emilce mostró una gran sonrisa y dijo:
            –Muchas veces creemos tener la razón. Y por eso no escuchamos al otro. Quiero que sepan que todos tienen razón. Hay una rana en el dibujo. Y también hay un caballo. Hagan girar sus hojas y verán que aparece el otro animal.
            Los chicos hicieron girar sus dibujos, y sus ojos parecieron salirse de sus caras. Era cierto. También había un caballo. O una rana.
            –Debemos aprender a mirar de muchas formas, y no quedarnos con lo que sólo nosotros creemos que es lo correcto. La verdad no es una sola –y Emilce les pidió que guardaran los animales en sus mochilas.

8 comentarios:

Jenni dijo...

Me parecio muy lindo!!!! espero que sigas escribiendo mas asi nos deleitas con tus bellos cuentos...

Besos Grande
Jenni

Unknown dijo...

Los ojos pueden ver lo que conocemos, que depende de los modos de lectura generalmente impuesto.
Pero debemos detenernos y contruir nuestro propio modo de lectura.
gente que se dedico ampliamente a esto fue la gestalt.
MUY BUENOS TUS CUENTOS!
SALUDOS...

Férguson Calviño dijo...

El gran sueño es poder entrar en la mente de otra persona, poder mirar y recordar lo que se ha visto y como se ha visto... pero en el mejor de los casos sería que la otra persona sea un total desconocido, porque si es uno de nuestros allegados lo más probable es que perdamos una muy buena relación!

Saludos Darío!

Severi dijo...

muy copado el contenido de tu blog.
super interesante y criterioso, se nota que le dedicàs esfuerzo y pilas.
gracias por la visita a mi blog.
fuiste muy atento con tus palabras.
seguirè de cerca por este barrio!

un abrazo.

Marcos

Darío A. Levin dijo...

gracias por sus comentarios! espero que se hayan asombrado tanto como yo con esta y otras imágenes. Son fabulosas
saludos a todos

Anónimo dijo...

hola dario nos encanto las historias
segui asi cada dia mejor.
somos marianita y pepito.

Unknown dijo...

Maravilloso!!! lo trabaje con un grupo difícil de 5to año escolar de costa de oro uruguay. Logrando excelentes resultados. Gracias

Dario dijo...

Muchas gracias!! sumé el cuento para que lo tengan disponible.

saludos!