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jueves, 30 de diciembre de 2010

Detrás del Mueble

Para finalizar el año, y dar comienzo a uno nuevo, les traigo un cuento. Una experiencia, más que un cuento. Y nos demuestra cómo a veces llevamos nuestras manos por caminos insospechados. Que lo disfruten y feliz 2011!!!


Detrás del Mueble
           Hugo, mientras hacía la tarea de la escuela, dejó caer su lapicera detrás del mueble de su cuarto. Entre refunfuños y protestas, se propuso rescatarla. Tan sólo un delgado espacio entre el mueble y la pared permitía que Hugo estirara su mano, sin poder ver lo que tocaba, para intentar lograr su objetivo. Buscó sobre el suelo, con la punta de sus dedos. Sintió el piso de baldosas frías y el zócalo áspero. Una vez que sus dedos reconocieron el lugar, y el rostro de Hugo se arrimó lo más posible al mueble y casi parecía querer traspasarlo, el chico encontró algo.
       Parecía redondo, con zonas rugosas. Y blando como una esponja, ya que con sus dedos podía deformar aquel objeto. Siguió palpándolo para tratar de descubrir de qué se trataba. Sintió una zona más lisa, con pequeñas hendiduras y pozos. Sintió pelos desordenados, desparejos. Le pareció sentir como un botón más frío que el resto de lo que había tocado. Definitivamente, eso no es la lapicera, se dijo, y continuó buscando con sus dedos.
         Apoyó su dedo índice sobre algo viscoso, pegajoso. Enterró el dedo casi con asco, sin saber qué podría pasar. Sintió que su dedo se hundía, y tuvo la irrefrenable idea de enterrar sus otros dedos. Como una masa sin forma, podía mover sus dedos dentro de ella. Era cálida. Sacó sus dedos de allí, y se los frotó entre ellos, descubriendo que lo que antes era una sensación de pegajosidad, ahora se volvía más consistente y perdía esa extraña propiedad.
        Sus dedos encontraron algo muy caliente y cuadrado; algo que lo pinchó; un poco de suciedad que se quedó adherida a sus dedos; algo que le hizo cosquillas como si caminara sobre su mano. Hasta que descubrió un objeto alargado, que entraba en su mano, con una punta fría, que al pasar el dedo, le pareció que una bolita giraba. Extrajo la mano de allí con el elemento entre sus dedos, y efectivamente, había encontrado la birome, y su dedo manchado con líneas de tinta. Pero había encontrado otras muchas cosas de las que nunca quiso saber de qué se trataban.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Lecturas en escuelas

Con la editorial Longseller visitamos varias escuelas durante octubre y noviembre. La propuesta era clara: generar con los chicos de 1, 2 y 3º grado, un espacio de narración, intercambio y juegos. Con mi libro a cuestas, llegamos a las escuelas Instituto Monseñor Dillón y Parroquial San Justo el 29 de octubre, y el 25 de noviembre al Instituto San Martín en Banfield. En total más de 700 chicos, escucharon mis cuentos, me hicieron preguntas, conocieron un poco más sobre el arte de escribir, y muchos contaron que sueñan con escribir historias y publicarlas. Fueron encuentros divertidos, gratificantes, llenos de sorpresas, y lo más importante, llenos de personajes que permitieron que los chicos dejaran volar su imaginación por un rato. Yo, muy feliz. Ellos, miren sus caras al escuchar las historias. Les dejo algunas fotos. Que las disfruten.