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lunes, 27 de mayo de 2013

Resfrío que asusta

Llega el invierno, y las narices comienzan a resfriarse. Este es un cuento ideal para aprender que la ropa también sufre con la llegada de esta estación.
Saludos!


Resfrío que asusta

Mi mamá siempre me decía lo mismo: “No te limpies la nariz con la manga de la campera” o “No uses la manga del buzo para sonarte la nariz, se ensucia toda”. Pero yo no hacía caso. Hasta que una mañana de invierno, me levanté muy resfriado. Mi nariz parecía una canilla abierta. Entonces abrí el armario para buscar un buzo para vestirme y encontré que a todos les faltaban las mangas. Ni las negras, ni las rojas, ni las amarillas, ni las verdes. Ninguna manga estaba en su lugar. Entonces miré mis camperas y mis pulloveres. Tampoco. Las mangas habían desaparecido.
–Mamá. ¡No me vas a creer, pero todas las mangas de la ropa desaparecieron! –dije muy preocupado.
Mi mamá entró al cuarto, miró la ropa y me dijo:
–Viste. Algún día iba a pasar. Las mangas se cansaron que te limpies la nariz con ellas. Hay que encontrarlas.
Los dos empezamos a buscarlas por toda la casa. Pero parecía que se habían escapado. Después de mucho buscar, las descubrimos debajo de mi cama, todas acurrucadas y temblorosas. Yo las miré y les dije:
–Salgan. Les pido perdón. No voy a volver a limpiarme la nariz con ustedes. Se los prometo. De ahora en más voy a usar pañuelos.
Y fue verdad. A partir de ese día, comencé a usar pañuelos para limpiarme la nariz. Y me di cuenta que era mucho más práctico y fácil.

Todavía, a veces veo que las mangas de mi ropa tiemblan un poquito cuando llega el invierno. Pero las miro y les digo: ¡No tengan miedo, yo ahora uso pañuelo!