El sábado 23 de julio estuve en la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires. El stand de Longseller se llenó de chicos y padres, con muchas ganas de jugar y escuchar mis historias. Leí un cuento del libro "Cuentos de princesas, caballeros y dragones", y un fragmento de "Blanca suerte, negra suerte". Después los chicos jugaron con preguntas sobre la suerte y la mala suerte, mientras armaban un rompecabezas con los dibujos del nuevo libro. Los invito a ver los momentos plasmados en las fotos, que muestran lo divertido que estuvo! Gracias a todos por estar allí!
jueves, 28 de julio de 2011
jueves, 21 de julio de 2011
Ilustraciones y Feria del Libro
Les traigo algunas ilustraciones de Catriel Tallarico, quien con gran destreza logró crear a Melindo y los personajes de mi nueva novela "Blanca suerte, negra suerte". Pasen a ver algunas de las ilustraciones que pueblan el libro.
Además invito a todos aquellos que tengan niños, o que conserven su niño interior, a la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires. El sábado 23 de julio estaré en el stand de Longseller firmando ejemplares y jugando con los chicos. Los espero!! saludos
Además invito a todos aquellos que tengan niños, o que conserven su niño interior, a la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires. El sábado 23 de julio estaré en el stand de Longseller firmando ejemplares y jugando con los chicos. Los espero!! saludos
viernes, 1 de julio de 2011
Blanca suerte, negra suerte
Les presento a todos mi nuevo libro!!
"Blanca suerte, negra suerte"
Nadie nace con mala suerte. Es más, nacemos con buena suerte, pero depende de nosotros si conservamos o no esa dichosa suerte. Algo así le sucedió a Melindo, el gato negro de Almagro. Luego de un evento bastante extraño, pierde su buena suerte y se ve inmerso en una serie de incansables aventuras y apariciones de personajes felinos, perrunos, humanos y de otras especies, e intentará recuperar lo que es suyo. Y para eso buscará ayuda en el desconocido barrio del Once.
La novela está dirigida a chicos entre 8 y 10 años, pero la pueden disfrutar todas las edades. Ilustrada con mucha calidad por Catriel Tallarico y editada por Longseller.
La encontrarán en la Feria del Libro Infantil de Buenos Aires, y muy pronto en todas las librerías del país y del exterior.
Saludos!
"Blanca suerte, negra suerte"
Nadie nace con mala suerte. Es más, nacemos con buena suerte, pero depende de nosotros si conservamos o no esa dichosa suerte. Algo así le sucedió a Melindo, el gato negro de Almagro. Luego de un evento bastante extraño, pierde su buena suerte y se ve inmerso en una serie de incansables aventuras y apariciones de personajes felinos, perrunos, humanos y de otras especies, e intentará recuperar lo que es suyo. Y para eso buscará ayuda en el desconocido barrio del Once.
La novela está dirigida a chicos entre 8 y 10 años, pero la pueden disfrutar todas las edades. Ilustrada con mucha calidad por Catriel Tallarico y editada por Longseller.
La encontrarán en la Feria del Libro Infantil de Buenos Aires, y muy pronto en todas las librerías del país y del exterior.
Saludos!
lunes, 20 de junio de 2011
Bandera al viento
En el día de la bandera, quería saludar a todos con esta linda poesía. Gracias por leerme!
Bandera al viento
Bandera al viento
Como si alas tuviera,
Se mueve en el viento.
Admirar a mi bandera,
Me pone contento.
Celeste, blanca y un sol amarillo
Forman mi identidad.
Cuando la veo,
me siento argentino de verdad.
Los colores del cielo la forman,
Y Belgrano fue su creador.
De todos nosotros depende,
Que le tengamos respeto y amor.
En cada fiesta patria
La llevo cerquita de mi corazón,
como escarapela en mi pecho
Continuando nuestra tradición.
jueves, 9 de junio de 2011
martes, 7 de junio de 2011
El semáforo que un día se cansó
Respetar las normas de tránsito es responsabilidad de todos. Y si no lo hacemos, vean qué puede pasar... Saludos!
El semáforo que un día se cansó
Una mañana, muy temprano, el semáforo de la esquina de mi casa no quiso trabajar más. Cerró sus ojos, y sus tres colores dejaron de verse. Entonces los conductores de los autos, camiones y colectivos se detuvieron sin saber qué hacer. ¿Avanzar? ¿Tocar la bocina? ¿Detenerse hasta que aparezca el verde? Y lo mismo les pasó a los padres y los chicos, a los abuelos y los tíos.
No sabían si cruzar la calle o esperar que los autos pasaran. Todo el barrio enloqueció. Nadie sabía qué hacer. Entonces llegó un policía para dirigir el tránsito. Hacía sonar su silbato y movía las manos para indicarles a los autos que avanzaran o se detuvieran. Sin embargo, el semáforo seguía sin funcionar. Luego de varios días, llegó un camión con un nuevo semáforo. Sacaron al viejo semáforo que ya no mostraba sus colores y se lo llevaron. Mi mamá me explicó que lo cambiaron porque el viejo había dejado de funcionar. Dicen que el semáforo de la esquina de mi casa dejó de funcionar, pero estoy seguro que en realidad se cansó de que nadie lo respetara, que los autos pasaran cuando se ponía rojo, y que los peatones cruzarán cuando no debían. El semáforo se cansó de que nadie le prestara atención.
El semáforo que un día se cansó
Una mañana, muy temprano, el semáforo de la esquina de mi casa no quiso trabajar más. Cerró sus ojos, y sus tres colores dejaron de verse. Entonces los conductores de los autos, camiones y colectivos se detuvieron sin saber qué hacer. ¿Avanzar? ¿Tocar la bocina? ¿Detenerse hasta que aparezca el verde? Y lo mismo les pasó a los padres y los chicos, a los abuelos y los tíos.
No sabían si cruzar la calle o esperar que los autos pasaran. Todo el barrio enloqueció. Nadie sabía qué hacer. Entonces llegó un policía para dirigir el tránsito. Hacía sonar su silbato y movía las manos para indicarles a los autos que avanzaran o se detuvieran. Sin embargo, el semáforo seguía sin funcionar. Luego de varios días, llegó un camión con un nuevo semáforo. Sacaron al viejo semáforo que ya no mostraba sus colores y se lo llevaron. Mi mamá me explicó que lo cambiaron porque el viejo había dejado de funcionar. Dicen que el semáforo de la esquina de mi casa dejó de funcionar, pero estoy seguro que en realidad se cansó de que nadie lo respetara, que los autos pasaran cuando se ponía rojo, y que los peatones cruzarán cuando no debían. El semáforo se cansó de que nadie le prestara atención.
lunes, 23 de mayo de 2011
Ahora que sé leer
Un relato para aquellos que comienzan a leer. Saludos!
Ahora que sé leer
Ahora que sé leer
Desde que nací, todas las noches mi mamá me cuenta un cuento. Yo elijo un libro y ella me lee historias sobre astronautas que recorren planetas, sobre princesas y dragones, sobre vaqueros del Oeste.
Todas las noches escucho con mucha atención cada historia que mi mamá me cuenta, antes de quedarme dormido. Una vez pensé que se iban a terminar los libros, y que mi mamá no me iba a contar más cuentos. Pero siempre hay un cuento para leer, me dijo ella.
Ayer mi mamá estaba enferma, tenía tos y no podía levantarse de la cama. Me di cuenta que no iba a poder contarme un cuento. Entonces se me ocurrió una idea. Entré a su cuarto con uno de mis libros en la mano. Le sonreí y empecé a leer: "Había una vez en un planeta lejano…"
Ahora que sé leer, yo también le cuento historias.
lunes, 2 de mayo de 2011
Cuando el invierno se acerca
Todavia falta para el invierno, pero con el frío que se avecina, nada mejor que una poesía.
Cuando el invierno se acerca...
Cuando el invierno se acerca,
No encontramos flores.
Los árboles están sequitos,
Y pierden sus colores.
Cuando el invierno se acerca,
Comienza a hacer mucho frío.
Tenemos que usar guantes y bufanda
Y cuidarnos del resfrío.
Cuando el invierno se acerca,
Llueve muy seguido,
El Sol no calienta mucho,
Y parece más dormido.
Cuando el invierno se acerca,
Tomamos sopa y chocolatada caliente.
Nos olvidamos del helado,
¡Eso es para valientes!
Cuando el invierno se acerca...
Cuando el invierno se acerca,
No encontramos flores.
Los árboles están sequitos,
Y pierden sus colores.
Cuando el invierno se acerca,
Comienza a hacer mucho frío.
Tenemos que usar guantes y bufanda
Y cuidarnos del resfrío.
Cuando el invierno se acerca,
Llueve muy seguido,
El Sol no calienta mucho,
Y parece más dormido.
Cuando el invierno se acerca,
Tomamos sopa y chocolatada caliente.
Nos olvidamos del helado,
¡Eso es para valientes!
miércoles, 16 de marzo de 2011
Mi estación preferida
Después de un receso de vacaciones, volvemos al blog con nuevas historias, novedades y mucho más. Espero que no me hayan extrañado!! Como falta poco para que comience una nueva estación, les dejo un cuento que me gusta mucho, para que disfruten y usen con sus alumnos!
Saludos!
MI ESTACIÓN PREFERIDA
Martín y yo siempre volvemos juntos de la escuela. Mientras nuestras mamás caminan detrás de nosotros y charlan sobre recetas de cocina, mi amigo y yo inventamos juegos. Un día somos vaqueros del Oeste, con sus caballos que galopan a gran velocidad; otro día somos astronautas, que viajan por el espacio descubriendo nuevos planetas; también hemos sido bomberos, pintores y muchas cosas más. Pero ayer no jugamos a nada. Yo no tenía ganas. Martín había dicho algo que me hizo pensar durante todo el camino: “El otoño es la época más fea del año” dijo.
Cuando llegué a casa, no quise ni mirar la tele. Estaba muy preocupado. Para mí el otoño no era la estación más fea. Entonces me senté en la silla, tomé un lápiz y un papel y comencé a escribir todas las cosas que me gustaban del otoño. Al principio fue un poco difícil, pero después me di cuenta que ¡es mi estación preferida! Me aprendí de memoria todas las cosas que había escrito para decírselas hoy a Martín. “Vamos a ver si es la estación más fea”, pensé.
Hoy, ni bien llegué al cole, me acerqué a Martín y le dije:
–¿Seguís pensando que el otoño es la estación más fea?
–Si, seguro –me dijo.
–Para mí es la época más linda, ¿sabés por qué? –le pregunté.
–No, ¿por qué? –me respondió él.
Lo agarré de la mano y lo llevé hasta un rincón del patio, debajo del gran árbol que hay en la escuela.
–Para mí el otoño es la mejor estación, por esto –y mientras le decía estas palabras, comencé a pisar las hojitas que había en el suelo.
Martín quedó con la boca abierta. La tenía del tamaño de una pelota de fútbol. Un ruido muy lindo salía de cada hoja que pisaba. Se oían “Crash”, “Crunch” y muchos otros sonidos. Parecía que las hojas cantaban. Entonces Martín también comenzó a pisar las hojas. Estuvimos todo el recreo jugando a pisar las hojas secas. Lo hacíamos más fuerte y más suave, más rápido y más lento. Y siempre era divertido.
–Tenías razón, el otoño está muy bueno –dijo Martín con una sonrisa.
–Si, y además es mi estación preferida porque cumplo años –le contesté mientras no paraba de pisar las hojas.
Saludos!
MI ESTACIÓN PREFERIDA
Martín y yo siempre volvemos juntos de la escuela. Mientras nuestras mamás caminan detrás de nosotros y charlan sobre recetas de cocina, mi amigo y yo inventamos juegos. Un día somos vaqueros del Oeste, con sus caballos que galopan a gran velocidad; otro día somos astronautas, que viajan por el espacio descubriendo nuevos planetas; también hemos sido bomberos, pintores y muchas cosas más. Pero ayer no jugamos a nada. Yo no tenía ganas. Martín había dicho algo que me hizo pensar durante todo el camino: “El otoño es la época más fea del año” dijo.
Cuando llegué a casa, no quise ni mirar la tele. Estaba muy preocupado. Para mí el otoño no era la estación más fea. Entonces me senté en la silla, tomé un lápiz y un papel y comencé a escribir todas las cosas que me gustaban del otoño. Al principio fue un poco difícil, pero después me di cuenta que ¡es mi estación preferida! Me aprendí de memoria todas las cosas que había escrito para decírselas hoy a Martín. “Vamos a ver si es la estación más fea”, pensé.
Hoy, ni bien llegué al cole, me acerqué a Martín y le dije:
–¿Seguís pensando que el otoño es la estación más fea?
–Si, seguro –me dijo.
–Para mí es la época más linda, ¿sabés por qué? –le pregunté.
–No, ¿por qué? –me respondió él.
Lo agarré de la mano y lo llevé hasta un rincón del patio, debajo del gran árbol que hay en la escuela.
–Para mí el otoño es la mejor estación, por esto –y mientras le decía estas palabras, comencé a pisar las hojitas que había en el suelo.
Martín quedó con la boca abierta. La tenía del tamaño de una pelota de fútbol. Un ruido muy lindo salía de cada hoja que pisaba. Se oían “Crash”, “Crunch” y muchos otros sonidos. Parecía que las hojas cantaban. Entonces Martín también comenzó a pisar las hojas. Estuvimos todo el recreo jugando a pisar las hojas secas. Lo hacíamos más fuerte y más suave, más rápido y más lento. Y siempre era divertido.
–Tenías razón, el otoño está muy bueno –dijo Martín con una sonrisa.
–Si, y además es mi estación preferida porque cumplo años –le contesté mientras no paraba de pisar las hojas.
jueves, 30 de diciembre de 2010
Detrás del Mueble
Para finalizar el año, y dar comienzo a uno nuevo, les traigo un cuento. Una experiencia, más que un cuento. Y nos demuestra cómo a veces llevamos nuestras manos por caminos insospechados. Que lo disfruten y feliz 2011!!!
Detrás del Mueble
Hugo, mientras hacía la tarea de la escuela, dejó caer su lapicera detrás del mueble de su cuarto. Entre refunfuños y protestas, se propuso rescatarla. Tan sólo un delgado espacio entre el mueble y la pared permitía que Hugo estirara su mano, sin poder ver lo que tocaba, para intentar lograr su objetivo. Buscó sobre el suelo, con la punta de sus dedos. Sintió el piso de baldosas frías y el zócalo áspero. Una vez que sus dedos reconocieron el lugar, y el rostro de Hugo se arrimó lo más posible al mueble y casi parecía querer traspasarlo, el chico encontró algo.
Parecía redondo, con zonas rugosas. Y blando como una esponja, ya que con sus dedos podía deformar aquel objeto. Siguió palpándolo para tratar de descubrir de qué se trataba. Sintió una zona más lisa, con pequeñas hendiduras y pozos. Sintió pelos desordenados, desparejos. Le pareció sentir como un botón más frío que el resto de lo que había tocado. Definitivamente, eso no es la lapicera, se dijo, y continuó buscando con sus dedos.
Apoyó su dedo índice sobre algo viscoso, pegajoso. Enterró el dedo casi con asco, sin saber qué podría pasar. Sintió que su dedo se hundía, y tuvo la irrefrenable idea de enterrar sus otros dedos. Como una masa sin forma, podía mover sus dedos dentro de ella. Era cálida. Sacó sus dedos de allí, y se los frotó entre ellos, descubriendo que lo que antes era una sensación de pegajosidad, ahora se volvía más consistente y perdía esa extraña propiedad.
Sus dedos encontraron algo muy caliente y cuadrado; algo que lo pinchó; un poco de suciedad que se quedó adherida a sus dedos; algo que le hizo cosquillas como si caminara sobre su mano. Hasta que descubrió un objeto alargado, que entraba en su mano, con una punta fría, que al pasar el dedo, le pareció que una bolita giraba. Extrajo la mano de allí con el elemento entre sus dedos, y efectivamente, había encontrado la birome, y su dedo manchado con líneas de tinta. Pero había encontrado otras muchas cosas de las que nunca quiso saber de qué se trataban.
Parecía redondo, con zonas rugosas. Y blando como una esponja, ya que con sus dedos podía deformar aquel objeto. Siguió palpándolo para tratar de descubrir de qué se trataba. Sintió una zona más lisa, con pequeñas hendiduras y pozos. Sintió pelos desordenados, desparejos. Le pareció sentir como un botón más frío que el resto de lo que había tocado. Definitivamente, eso no es la lapicera, se dijo, y continuó buscando con sus dedos.
Apoyó su dedo índice sobre algo viscoso, pegajoso. Enterró el dedo casi con asco, sin saber qué podría pasar. Sintió que su dedo se hundía, y tuvo la irrefrenable idea de enterrar sus otros dedos. Como una masa sin forma, podía mover sus dedos dentro de ella. Era cálida. Sacó sus dedos de allí, y se los frotó entre ellos, descubriendo que lo que antes era una sensación de pegajosidad, ahora se volvía más consistente y perdía esa extraña propiedad.
Sus dedos encontraron algo muy caliente y cuadrado; algo que lo pinchó; un poco de suciedad que se quedó adherida a sus dedos; algo que le hizo cosquillas como si caminara sobre su mano. Hasta que descubrió un objeto alargado, que entraba en su mano, con una punta fría, que al pasar el dedo, le pareció que una bolita giraba. Extrajo la mano de allí con el elemento entre sus dedos, y efectivamente, había encontrado la birome, y su dedo manchado con líneas de tinta. Pero había encontrado otras muchas cosas de las que nunca quiso saber de qué se trataban.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Lecturas en escuelas
Con la editorial Longseller visitamos varias escuelas durante octubre y noviembre. La propuesta era clara: generar con los chicos de 1, 2 y 3º grado, un espacio de narración, intercambio y juegos. Con mi libro a cuestas, llegamos a las escuelas Instituto Monseñor Dillón y Parroquial San Justo el 29 de octubre, y el 25 de noviembre al Instituto San Martín en Banfield. En total más de 700 chicos, escucharon mis cuentos, me hicieron preguntas, conocieron un poco más sobre el arte de escribir, y muchos contaron que sueñan con escribir historias y publicarlas. Fueron encuentros divertidos, gratificantes, llenos de sorpresas, y lo más importante, llenos de personajes que permitieron que los chicos dejaran volar su imaginación por un rato. Yo, muy feliz. Ellos, miren sus caras al escuchar las historias. Les dejo algunas fotos. Que las disfruten.
jueves, 11 de noviembre de 2010
Quién quería terminar las clases?
Para celebrar mi cumple, la semanas de las artes, y el post número 60, les traigo un cuentito, propio del fin de las clases... que están muy cerca!!!
saludos!!
¿Quién quería terminar las clases?
Yamila se acercó a Tatiana en el recreo y le preguntó:
–¿Sabes que dentro de unos días termina el año y no hay que venir más al colegio? ¿No estás re–contenta?
Tatiana se quedó pensando un rato. Miró a sus compañeros de grado que jugaban a la pelota. Miró a las nenas saltar a la soga. Miró a las maestras charlando con sus alumnos. Se acordó de su cuaderno y de todas las cosas que había aprendido ese año. Aprendió lo que significa la palabra Identidad. Aprendió a multiplicar. Descubrió la historia de Cólon y de San Martín y lo que habían hecho. Aprendió los colores primarios. Aprendió que el año tiene 365 días, y que cada cuatro años, se agrega un día más. Entonces miró a su amiga, y le respondió:
–¿Y vos sabes que durante tres meses no vas volver a compartir conmigo el banco? ¿Sabes que durante tres meses Ignacio no te dará cada día una de sus galletitas de chocolate? ¿Y sabes que durante tres meses la seño no nos va a leer esos cuentos tan lindos?
Yamila se quedó callada. Y después de pensar un rato, gritó:
–¡¿Cuánto falta para volver a empezar el colegio?!
Los chicos y las maestras que estaban en el patio dejaron de jugar y miraron a Yamila. Y ante la mirada de todos, las dos nenas comenzaron a reírse con muchas ganas. ¿Quién quería terminar las clases? Yamila seguro que no.
saludos!!
¿Quién quería terminar las clases?
Yamila se acercó a Tatiana en el recreo y le preguntó:
–¿Sabes que dentro de unos días termina el año y no hay que venir más al colegio? ¿No estás re–contenta?
Tatiana se quedó pensando un rato. Miró a sus compañeros de grado que jugaban a la pelota. Miró a las nenas saltar a la soga. Miró a las maestras charlando con sus alumnos. Se acordó de su cuaderno y de todas las cosas que había aprendido ese año. Aprendió lo que significa la palabra Identidad. Aprendió a multiplicar. Descubrió la historia de Cólon y de San Martín y lo que habían hecho. Aprendió los colores primarios. Aprendió que el año tiene 365 días, y que cada cuatro años, se agrega un día más. Entonces miró a su amiga, y le respondió:
–¿Y vos sabes que durante tres meses no vas volver a compartir conmigo el banco? ¿Sabes que durante tres meses Ignacio no te dará cada día una de sus galletitas de chocolate? ¿Y sabes que durante tres meses la seño no nos va a leer esos cuentos tan lindos?
Yamila se quedó callada. Y después de pensar un rato, gritó:
–¡¿Cuánto falta para volver a empezar el colegio?!
Los chicos y las maestras que estaban en el patio dejaron de jugar y miraron a Yamila. Y ante la mirada de todos, las dos nenas comenzaron a reírse con muchas ganas. ¿Quién quería terminar las clases? Yamila seguro que no.
sábado, 30 de octubre de 2010
Las producciones en Ami jai
Como lo prometí, les acerco las producciones de los artistas que estuvieron en Ami Jai, en Hebraica, el sábado 23. Luego de la lectura de mis cuentos, los chicos tuvieron un espacio para dibujar o inventar nuevas historias. Aquí las producciones.
Encontrarán al caballero Alfredo subiendo las escaleras de la torre, a la princesa paseando por los jardines del castillo, un cuento sobre dinosaurios, y nuevos cuentos sobre dragones y príncipes.
Que las disfruten!
Saludos!!
Encontrarán al caballero Alfredo subiendo las escaleras de la torre, a la princesa paseando por los jardines del castillo, un cuento sobre dinosaurios, y nuevos cuentos sobre dragones y príncipes.
Que las disfruten!
Saludos!!
domingo, 24 de octubre de 2010
Lectura en Ami Jai
En la tarde del sábado 23 de octubre tuve la dicha de ser invitado a la biblioteca Ami Jai, en Hebraica Pilar (no en la pileta). Es la biblioteca infantil del club, que me vió crecer y me llenó de historias y relatos increíbles. Y ayer me tocó a mi ser quien sumergió en un mundo de fantasía a un grupo de niños de 1er grado. Leímos dos cuentos de mi libro "Cuentos de princesas, caballeros y dragones", y luego los chicos dibujaron y escribieron nuevos cuentos.
Con la promesa que serán subidos pronto a este blog, les anticipo primero las mágníficas fotos del momento de producción.
Espero que la hayan pasado lindo, porque yo me divertí mucho.
Con la promesa que serán subidos pronto a este blog, les anticipo primero las mágníficas fotos del momento de producción.
Espero que la hayan pasado lindo, porque yo me divertí mucho.
domingo, 17 de octubre de 2010
Feliz día Madres!
En el día de la madre, quiero desearles a todas un feliz día, llenos de regalos, besos y cariños de sus hijos. Y para festejar, un cuento que tiene mucho que ver con el amor entre un hijo y una madre.
Que lo disfruten!
Que lo disfruten!
Una semilla de regalo
En la escuela me enseñaron que el tercer domingo de octubre es el día de la madre. Y en ciencias naturales me enseñaron a cuidar más la naturaleza. Por eso, cada día de la madre, le regalo a mi mamá una semilla. El primer año cuando se la regalé, no entendía por qué lo hacía. Entonces le expliqué: quería regalarte una flor, porque son muy lindas. Pero me enseñaron en el cole que no hay que arrancar las flores. Y las que venden en la calle, son cortadas también. Eso es no cuidar la naturaleza. Por eso te regalo una semilla. Para que la plantes, y así vas a tener una hermosa flor.
Y desde ese día, cada año, le regalo a mi mamá una semilla, para que crezca una hermosa flor. Es la manera más linda de celebrar su día.
sábado, 2 de octubre de 2010
Una media glotona para concurso
He decidido re-postear un cuento al que le tengo mucho aprecio. Lo hago por dos motivos. El primero, porque tal vez muchos de ustedes no lo leyeron, y me gustaría que lo hicieran y lo disfrutaran. Y segundo porque quiero participar de un concurso literario. "Un cuento en mi Blog". Pueden entrar al sitio, leerlo, y votarlo. Me gustaría. Y para aquellos que escriben, pueden participar también. Es una gran oportunidad. Abajo el linkl para leerlo.
Mi cuento para votar
Zona Literaria
Mi cuento para votar
Zona Literaria
Una Media Glotona
Franco salió del kiosco, con su alfajor en la mano. Se había comprado uno de chocolate, su favorito. Pero antes de poner un pie en la vereda, guardó su dinero en la media. Sí, en la media. Es una forma segura y cómoda de guardar la plata, cuando no se tienen bolsillos. Como les decía, Franco comenzó a caminar por la calle, rumbo a su casa, tan sólo unas cuatro cuadras. Siempre volvía del colegio a esa hora, y siempre le daban ganas de comerse un alfajor. Pero esta vez fue distinto.
Llevándose el último pedazo de alfajor a la boca, pasó por otro kiosco, donde vio las figuritas de fútbol que juntaba. Entonces se agachó para buscar el dinero en su media, pero no estaba todo lo que había guardado. Sólo quedaban $5, de los $7 que había guardado. “No puede ser”, pensó. “Se me deben haber perdido”.
Le entregó al quiosquero el billete a cambio de 3 paquetes de figuritas. Guardó en su media el billete y la moneda que le dio el hombre, como vuelto por la compra.
En el camino, se puso muy contento, porque le tocaron 5 figuritas que no tenía. Antes de llegar a su casa, recordó que su mamá le había pedido que comprara pan. Entró a la panadería y le dijo al dueño: “Me da medio kilo de pan”. El hombre eligió el pan más calentito, que es el más rico. Lo metió en una bolsa y le dijo: “Es $1, Franco”. El chico sabía que tenía una moneda en su media, pero no la encontró. “¿Qué pasa? ¿Dónde está la plata?”, se preguntó. El panadero al ver que Franco no hallaba el dinero le dijo: “Me lo paga tu mamá después. Andá”.
Franco salió de la panadería muy preocupado, pensando que tal vez tenía una media mágica que hacía desaparecer el dinero. Cuando llegó a su casa, le dijo a su mamá:
–Má. Tengo una media que me come la plata. Guardé dos veces billetes y monedas y no están. ¿Puede ser que mi media tenga hambre?
La mamá de Franco se rió y le dijo:
–Sentate y dame el pie.
La mujer le sacó la zapatilla a su hijo y luego la media. Entonces dijo:
–No, Franco. Tu media no come plata. ¡Tan sólo tiene una boca enorme! –y mientras decía esto le mostraba el gran agujero que tenía la media casi en el talón.– Toda la plata está acá, en tu zapatilla. Mirá–. Y así era. Todo el dinero estaba adentro.
Franco se puso un poco colorado de la vergüenza, pero enseguida comenzó a reírse como un loco. “Menos mal. Se imaginan si me comía el pie”, pensó.
sábado, 4 de septiembre de 2010
ciclo natural - historieta
martes, 17 de agosto de 2010
Padre de la patria
sábado, 14 de agosto de 2010
Amigo mío - 10.000 visitas
En poco más de un año, alcanzamos las 10.000 visitas!!! Increíble!!! Gracias por visitarme y querer conocerme un poco más. Es una alegría lograr este número de visitas en tan poco tiempo. Y para festejar, les dejo un texto que tiene mucho que ver con su amistad.
AMIGO MIO
Si estás triste o enojado,
Si te sentís solo o lastimado
Si una mano él te extiende,
Si estás triste o enojado,
Si te sentís solo o lastimado
Si una mano él te extiende,
Es porque te entiende.
Si un juguete te presta,
Y te invita a su fiesta.
Si sus golosinas te comparte,
Es porque sabe que quieres una parte.
Es tu amigo de quien hablo,
Siempre contigo, siempre a tu lado.
En el recreo juega con vos,
Y andan en bicicleta los dos.
Con frío o calor
¡Tener amigos es lo mejor!
Compartir las cosas con tu amigo,
Seguro será muy divertido.
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