Para aquellos que quería leer un cuento de mi nuevo libro "Cuentos de princesas, caballeros y dragones", los invito a pasar por el sitio de la Revista Pido Gancho. Allí encontrarán la revista número 25, donde se ha publicado un cuento mío. Páginas 56 a 58.
Espero lo disfruten!!
saludos
martes, 8 de junio de 2010
viernes, 4 de junio de 2010
la lechuza pensativa
Les traigo una poesía que me divirtió mucho escribir. Saludos!
La lechuza pensativa
Una lechuza con insomnio vive,
en un árbol frente a mi casa.
Ululando la noche pasa
con su cara pensativa,
buscando respuestas no respondidas
a preguntas inservibles.
Quise desafiarla una noche
que no me podía dormir.
Y como no me quería aburrir,
le hice una pregunta complicada,
que la muy sabía entusiasmada
respondió sin reproche.
Tengo todas las respuestas que quieras,
dijo muy segura el ave,
y no hay manera de que me ganes
en una batalla de conocimiento,
soy inteligente de nacimiento,
y no me dormiré cuando pierdas.
No duermo porque aprendo
leo y leo para ser más sabia
y por perder que no te de rabia,
dijo muy presumida la lechuza,
que parecía vencer esta escaramuza
mientras yo me acostaba sufriendo.
Entonces una pregunta se me ocurrió:
Doña lechuza dígame si sabe
¿Por qué un elefante no cabe
acurrucado dentro de una nuez?
Estuvo largo rato pensando como juez,
pero el ave por vencida se dio.
Yo muy feliz por la victoria
le dije la complicada respuesta,
y haciendo de eso una fiesta
le anuncié que la había vencido.
Ella dijo que nunca había perdido,
y escapó volando sin la gloria.
La lechuza pensativa
Una lechuza con insomnio vive,
en un árbol frente a mi casa.
Ululando la noche pasa
con su cara pensativa,
buscando respuestas no respondidas
a preguntas inservibles.
Quise desafiarla una noche
que no me podía dormir.
Y como no me quería aburrir,
le hice una pregunta complicada,
que la muy sabía entusiasmada
respondió sin reproche.
Tengo todas las respuestas que quieras,
dijo muy segura el ave,
y no hay manera de que me ganes
en una batalla de conocimiento,
soy inteligente de nacimiento,
y no me dormiré cuando pierdas.
No duermo porque aprendo
leo y leo para ser más sabia
y por perder que no te de rabia,
dijo muy presumida la lechuza,
que parecía vencer esta escaramuza
mientras yo me acostaba sufriendo.
Entonces una pregunta se me ocurrió:
Doña lechuza dígame si sabe
¿Por qué un elefante no cabe
acurrucado dentro de una nuez?
Estuvo largo rato pensando como juez,
pero el ave por vencida se dio.
Yo muy feliz por la victoria
le dije la complicada respuesta,
y haciendo de eso una fiesta
le anuncié que la había vencido.
Ella dijo que nunca había perdido,
y escapó volando sin la gloria.
viernes, 21 de mayo de 2010
Poesía de un rapto
Poesía de un rapto
Se encontraba el rey Moro
Sentado en su trono de oro.
Una noticia fatal había recibido,
Su hija Milagros se había ido.
Algunos soldados afirmaban
que a la noche habían visto
al caballero Felicio que se la llevaba
en un carruaje y sin registro.
Felicio amaba a Milagros, la princesa
Pero su padre se oponía a la boda.
El caballero no tenía ni castillos ni riquezas
Y un mal gusto para la moda.
...
¿Querés saber cómo sigue la poesía? Conseguí en cualquier librería "Cuentos de princesas, caballeros y dragones" Ed Longseller. Para chicos de 6 a 9 años.
Se encontraba el rey Moro
Sentado en su trono de oro.
Una noticia fatal había recibido,
Su hija Milagros se había ido.
Algunos soldados afirmaban
que a la noche habían visto
al caballero Felicio que se la llevaba
en un carruaje y sin registro.
Felicio amaba a Milagros, la princesa
Pero su padre se oponía a la boda.
El caballero no tenía ni castillos ni riquezas
Y un mal gusto para la moda.
...
¿Querés saber cómo sigue la poesía? Conseguí en cualquier librería "Cuentos de princesas, caballeros y dragones" Ed Longseller. Para chicos de 6 a 9 años.
viernes, 30 de abril de 2010
Visita al zoológico
Les traigo una poesía para celebrar el día del animal (que fue ayer, jeje). Que la disfruten! Saludos.
Visita al Zoológico
Marisa se despertó muy ansiosa,
Porque iría de paseo.
Como todos los años,
Ir al zoológico era su mayor deseo.
Sabía que ese día
Iba a ser espectacular
Sus papás le habían prometido
A los animales visitar.
Con el mono intercambiaría
Bananas por monerías.
Y al enorme elefante,
mucho maní le daría.
Con su largo cuello manchado
A la jirafa saludaría,
Y con el hipopótamo perezoso
Una foto se sacaría.
Cada 29 de abril, día tan especial,
Se celebra el día del animal.
Recordemos que también tienen derechos,
y que a todos hay que quererlos por igual.
A Marisa le enseñaron en la escuela
Que es nuestra tarea defenderlos.
Quedan pocos animales en el mundo,
Y si todos desaparecen, ¿a quién cuidaremos?
Visita al Zoológico
Marisa se despertó muy ansiosa,
Porque iría de paseo.
Como todos los años,
Ir al zoológico era su mayor deseo.
Sabía que ese día
Iba a ser espectacular
Sus papás le habían prometido
A los animales visitar.
Con el mono intercambiaría
Bananas por monerías.
Y al enorme elefante,
mucho maní le daría.
Con su largo cuello manchado
A la jirafa saludaría,
Y con el hipopótamo perezoso
Una foto se sacaría.
Cada 29 de abril, día tan especial,
Se celebra el día del animal.
Recordemos que también tienen derechos,
y que a todos hay que quererlos por igual.
A Marisa le enseñaron en la escuela
Que es nuestra tarea defenderlos.
Quedan pocos animales en el mundo,
Y si todos desaparecen, ¿a quién cuidaremos?
martes, 20 de abril de 2010
Mi gato negro aventurero
He recibido un cuento de un amigo. Es un amigo que tengo por e-mail. Visita mi blog, y cada tanto me escribe algunas palabras. Hoy les presento uno de los cuentos que ha escrito con la ayuda de su mamá y que decidió enviarme. Espero que les guste y se diviertan tanto como lo hice yo. Gracias Martín!
Y si vos también escribís, y querés que publique un cuento, mandámelo por mail, y seguro aparecerá en el blog.
Mi Gato Negro Aventurero
Un día mi gato negro aventurero dormía plácidamente la siesta.
Aquella tarde bostezó, y para mi sorpresa, echó una bocanada de fuego que me quemó los pelos. Yo era rubio y ahora soy negrito. Y mi gato era amarillo y ahora es negro como la noche. Y le puse de nombre Negrito Cambá .jajaj!!!
El muy tonto se convirtió en dragón-gato pero como es muy vago y no terminó de estudiar el curso de dragón, no le sale echar fuego. Entonces anda quemando todo lo que encuentra a su paso: a mamá le quemó la escoba, a papá las ruedas del auto y a mí un par de juguetes.
La Aventura esta buena porque los chicos del barrio le tienen miedo y los bomberos están atentos y además porque en cualquier momento termina el curso de dragón y le crecerán las alas. Y cuando esto pase seguro que le pido que me lleve de paseo por tu casa.
Y colorín quemado cuento terminado .
Martin Luciano Bonetto, 7 años.
Y si vos también escribís, y querés que publique un cuento, mandámelo por mail, y seguro aparecerá en el blog.
Mi Gato Negro Aventurero
Un día mi gato negro aventurero dormía plácidamente la siesta.
Aquella tarde bostezó, y para mi sorpresa, echó una bocanada de fuego que me quemó los pelos. Yo era rubio y ahora soy negrito. Y mi gato era amarillo y ahora es negro como la noche. Y le puse de nombre Negrito Cambá .jajaj!!!
El muy tonto se convirtió en dragón-gato pero como es muy vago y no terminó de estudiar el curso de dragón, no le sale echar fuego. Entonces anda quemando todo lo que encuentra a su paso: a mamá le quemó la escoba, a papá las ruedas del auto y a mí un par de juguetes.
La Aventura esta buena porque los chicos del barrio le tienen miedo y los bomberos están atentos y además porque en cualquier momento termina el curso de dragón y le crecerán las alas. Y cuando esto pase seguro que le pido que me lleve de paseo por tu casa.
Y colorín quemado cuento terminado .
Martin Luciano Bonetto, 7 años.
jueves, 8 de abril de 2010
El reloj cucú de mi abuela
Una poesía que me gusta mucho, escrita hace unos meses. Espero les guste a ustedes también.
El reloj cucú de mi abuela
Mi abuela un reloj cucú tenía,
y cada vez que a su casa yo iba
esperaba la salida,
de aquel ave divertida.
La aguja larga debía estar sobre el doce,
para marcar la hora en punto,
y la aguja más corta indicaba
el momento en que el pájaro cantaba.
A la una, a las dos, a las tres
a cada hora se oía,
y aunque no siempre lo veía
piaba las horas que el reloj decía.
Cuando la aguja larga estaba en el seis,
la mitad de una hora era,
el pájaro salía y cantaba una vez,
para no olvidar su tarea.
Cuatro y media, siete y media
cada media hora piaba.
Pero muy rápido lo hacía,
yo corría para verlo, pero nunca llegaba.
Pero cuando la aguja larga estaba en el tres
y también cuando estaba en el nueve,
hora y cuarto o menos cuarto señalaba
y el ave descansando se quedaba.
El pájaro cucú de mi abuela,
un día dejó de cantar.
No sé si porque el reloj dejó de funcionar,
o porque el ave se cansó de trabajar.
El reloj cucú de mi abuela
Mi abuela un reloj cucú tenía,
y cada vez que a su casa yo iba
esperaba la salida,
de aquel ave divertida.
La aguja larga debía estar sobre el doce,
para marcar la hora en punto,
y la aguja más corta indicaba
el momento en que el pájaro cantaba.
A la una, a las dos, a las tres
a cada hora se oía,
y aunque no siempre lo veía
piaba las horas que el reloj decía.
Cuando la aguja larga estaba en el seis,
la mitad de una hora era,
el pájaro salía y cantaba una vez,
para no olvidar su tarea.
Cuatro y media, siete y media
cada media hora piaba.
Pero muy rápido lo hacía,
yo corría para verlo, pero nunca llegaba.
Pero cuando la aguja larga estaba en el tres
y también cuando estaba en el nueve,
hora y cuarto o menos cuarto señalaba
y el ave descansando se quedaba.
El pájaro cucú de mi abuela,
un día dejó de cantar.
No sé si porque el reloj dejó de funcionar,
o porque el ave se cansó de trabajar.
sábado, 20 de marzo de 2010
Dientes que se caen
Una poesía, para aquellos que comienzan a perder sus dientes de leche. Que lo disfruten!
Dientes que se caen
Mis papás me lo habían contado
Mi hermano me había asegurado.
Un ratón que junta dientes,
que deja plata a los más valientes.
Un ratón muy viajero,
que deja un montón de dinero.
Un nuevo diente me va a crecer,
Más fuerte para poder comer.
Dientes que se caen
Mis papás me lo habían contado
Mi hermano me había asegurado.
Un ratón que junta dientes,
que deja plata a los más valientes.
Un ratón muy viajero,
que deja un montón de dinero.
Un nuevo diente me va a crecer,
Más fuerte para poder comer.
domingo, 14 de marzo de 2010
biografía de Luis Leloir
Continuamos con las biografías que escribí para AZ hace unos años. En este caso, el científico Leloir, escrito como si fuera un diario personal. Saludos!
PÁGINAS DE LELOIR
Se han encontrado restos del diario de Luis Leloir. Allí llevaba registro de su vida, día a día. Tan sólo reproducimos aquí algunas de las páginas halladas.
14 de diciembre de 1932
Hoy ha sido un día muy especial en mi vida. No pude dormir en toda la noche… Mi cabeza no dejaba de responder preguntas. Después de años de estudio he terminado mi carrera de Medicina. Hace sólo unas horas. El final que rendí fue muy complicado, pero los profesores de la mesa supieron comprender mi nerviosismo. Nunca olvidaré la pregunta que me hicieron al final…
18 de agosto de 1934
Bernardo A Houssay… Mi segundo padre. Qué gran ayuda fue para mí. Ayer terminé de escribir mi tesis para el doctorado en medicina. Casi dos años, pero con la ayuda de un maestro. Siempre me apoyó y confió en mí. Tuve mucha suerte en conocerlo, y trabajar con él. Aprender tanto de él. Dice que es uno de los mejores trabajos que vio en su vida. Y me llenan de alegría sus palabras. Para mi es sólo una tesis, pero él dice que merece un premio. Ojalá así sea.
21 de Enero de 1937
¡Qué viaje más desastroso! No volveré a viajar con esta empresa aérea. Hoy regresé de Inglaterra, después de haber estado más de dos años en la Universidad de Cambridge, para perfeccionarme en Bioquímica, y resulta que una simple azafata tiene el atrevimiento de decirme que no puedo repartirles golosinas a los chicos en el avión porque podrían hacerles mal. ¡Por favor! ¡Si la idea es que les haga bien!
17 de Septiembre de 1938
Cómo me gusta quedarme en la cama y no levantarme en todo el día. Hoy no hice absolutamente nada. Descansé. Siempre es bueno descansar. Y alimenté a mis peces.
27 de mayo de 1943
Son las 4 de la mañana. Nunca, nunca me costó tanto dormirme. Ni los nervios de los exámenes, ni el día que me entregaron el premio por la tesis… Nunca que recuerde me costó tanto cerrar los ojos y dormir. Será porque mañana me caso con Amelia Zuberbülher. Cuánto la amo. Hoy hablamos de los nombres que les pondríamos a nuestros hijos. Coincidimos en llamarla Amelita si es mujer, y Bernardo si es varón. Sea como sea, debo intentar dormir.
3 de abril de 1946
Al final Houssay tenía razón. Domingo Perón decretó la su jubilación. Él me lo había dicho hace tiempo… Tenía temor que lo obligaran a abandonar su trabajo. ¡Pero si sólo tiene 59 años! No voy a quedarme de brazos cruzados. Trabajará en el Instituto de Biología y Medicina Experimental, conmigo y el resto de sus antiguos colaboradores. No podemos dejar a una mente brillante como él que se desperdicie en su casa. Mañana bien temprano lo voy a buscar a su casa.
10 de mayo 1948
Hace meses que el edificio se está construyendo. Yo creo que en pocos días más ya estará habilitado para comenzar las investigaciones. Ya no podíamos continuar trabajando en esa casa antigua y descuidada. Jaime Campomar logró algo que hacía años que añorábamos. Y yo, como director del Instituto de Investigaciones Bioquímicas, tengo el máximo privilegio de entregar a este país mi ardua labor. Espero trabajar aquí muchos años más.
11 de noviembre de 1970
¿Qué más puedo pedir? Tengo frente mío el premio más anhelado y deseado por científicos, escritores, físicos, médicos, y hombres en general de todo el mundo. Y me lo entregaron a mí. A Luis Leloir. Nunca creí tener en mis manos el premio Nóbel de Química. Después de obtener premios como el de la Sociedad Científica Argentina, de haber sido profesor, de haber viajado… Pensé que mi vida estaba completa. Pero no. Me entregaron el Premio Nóbel de Química. Nunca se sabe que te puede deparar el destino. ¿Qué pasará mañana?
PÁGINAS DE LELOIR
Se han encontrado restos del diario de Luis Leloir. Allí llevaba registro de su vida, día a día. Tan sólo reproducimos aquí algunas de las páginas halladas.
14 de diciembre de 1932
Hoy ha sido un día muy especial en mi vida. No pude dormir en toda la noche… Mi cabeza no dejaba de responder preguntas. Después de años de estudio he terminado mi carrera de Medicina. Hace sólo unas horas. El final que rendí fue muy complicado, pero los profesores de la mesa supieron comprender mi nerviosismo. Nunca olvidaré la pregunta que me hicieron al final…
18 de agosto de 1934
Bernardo A Houssay… Mi segundo padre. Qué gran ayuda fue para mí. Ayer terminé de escribir mi tesis para el doctorado en medicina. Casi dos años, pero con la ayuda de un maestro. Siempre me apoyó y confió en mí. Tuve mucha suerte en conocerlo, y trabajar con él. Aprender tanto de él. Dice que es uno de los mejores trabajos que vio en su vida. Y me llenan de alegría sus palabras. Para mi es sólo una tesis, pero él dice que merece un premio. Ojalá así sea.
21 de Enero de 1937
¡Qué viaje más desastroso! No volveré a viajar con esta empresa aérea. Hoy regresé de Inglaterra, después de haber estado más de dos años en la Universidad de Cambridge, para perfeccionarme en Bioquímica, y resulta que una simple azafata tiene el atrevimiento de decirme que no puedo repartirles golosinas a los chicos en el avión porque podrían hacerles mal. ¡Por favor! ¡Si la idea es que les haga bien!
17 de Septiembre de 1938
Cómo me gusta quedarme en la cama y no levantarme en todo el día. Hoy no hice absolutamente nada. Descansé. Siempre es bueno descansar. Y alimenté a mis peces.
27 de mayo de 1943
Son las 4 de la mañana. Nunca, nunca me costó tanto dormirme. Ni los nervios de los exámenes, ni el día que me entregaron el premio por la tesis… Nunca que recuerde me costó tanto cerrar los ojos y dormir. Será porque mañana me caso con Amelia Zuberbülher. Cuánto la amo. Hoy hablamos de los nombres que les pondríamos a nuestros hijos. Coincidimos en llamarla Amelita si es mujer, y Bernardo si es varón. Sea como sea, debo intentar dormir.
3 de abril de 1946
Al final Houssay tenía razón. Domingo Perón decretó la su jubilación. Él me lo había dicho hace tiempo… Tenía temor que lo obligaran a abandonar su trabajo. ¡Pero si sólo tiene 59 años! No voy a quedarme de brazos cruzados. Trabajará en el Instituto de Biología y Medicina Experimental, conmigo y el resto de sus antiguos colaboradores. No podemos dejar a una mente brillante como él que se desperdicie en su casa. Mañana bien temprano lo voy a buscar a su casa.
10 de mayo 1948
Hace meses que el edificio se está construyendo. Yo creo que en pocos días más ya estará habilitado para comenzar las investigaciones. Ya no podíamos continuar trabajando en esa casa antigua y descuidada. Jaime Campomar logró algo que hacía años que añorábamos. Y yo, como director del Instituto de Investigaciones Bioquímicas, tengo el máximo privilegio de entregar a este país mi ardua labor. Espero trabajar aquí muchos años más.
11 de noviembre de 1970
¿Qué más puedo pedir? Tengo frente mío el premio más anhelado y deseado por científicos, escritores, físicos, médicos, y hombres en general de todo el mundo. Y me lo entregaron a mí. A Luis Leloir. Nunca creí tener en mis manos el premio Nóbel de Química. Después de obtener premios como el de la Sociedad Científica Argentina, de haber sido profesor, de haber viajado… Pensé que mi vida estaba completa. Pero no. Me entregaron el Premio Nóbel de Química. Nunca se sabe que te puede deparar el destino. ¿Qué pasará mañana?
martes, 23 de febrero de 2010
Biografía de Manuel Belgrano
Les comparto un texto que escribí para el libro de Ciencias Sociales de 4to, editorial AZ, en el año 2007. Me pidieron 12 biografías de distintas personalidades argentinas. Quería que fueran biografías diferentes, creativas, novedosas. Por eso, para los próceres, escribí monólogos interiores. Aquí está el primero.
Así pensaba… MANUEL BELGRANO
¿Debo ser yo quien desobedezca órdenes del gobierno? ¿Debo actuar contra la patria, pero a favor de mis ideales, de la lucha por la libertad? No es contra la patria que me enfrento, es contra unos gobernantes que carecen de espíritu. No puedo permitir que un grupo de hombres me diga que debo hacer… A mí… Manuel Belgrano… He combatido en muchas batallas defendiendo a mi tierra… Y ahora aquí, en Tucumán, buscando la libertad, persiguiendo al enemigo.
Hace horas que combatimos, ¿cuándo se rendirán? Este día de 1812 parece el más largo de mi vida… Eterno… El humo y el fuego no me deja ver bien… Sé que muchas veces obré de forma incorrecta…, pero no es excusa. Combatí en Paraguay… Me enviaron a esa Campaña, con un ejército débil, escaso… y sin embargó luché. Me enfrenté a Velazco. Hice lo que mi patria me demandaba… ¿Soy el malo? ¿Y así me agradecen? Con obstáculos en mis ideales… No puedo creer que me hayan enjuiciado… Despojado de mi cargo… Suspenderme de mis funciones… Ellos cometen errores también. Todos cometemos errores, somos humanos… Yo supe perdonar, los entendí. Mis soldados… Fieles, siempre me defendieron… Y ahora esto… Esta nueva traba en mi carrera. Otra vez tanto humo… No me deja ver bien… ¿Quién me llama?
–General Belgrano. El enemigo está retirando sus tropas. Están huyendo hacia Salta.
–Excelente información soldado. Ha sido de gran ayuda su lucha en esta batalla. Dígame su nombre.
–Soldado Dorrego. Manuel Dorrego, a su servicio, General.
–Gracias, soldado. Regrese a su posición. Dígale a sus compañeros que ha sido una gran victoria.
¡Qué valentía! Soldados luchando valientemente, por la libertad… por la patria. Soldados llenos de energía, dispuestos a dar su vida. Y no fue tarea fácil… Aquel día que llegué… Me encontré con un grupo de soldados sin rumbo, sin estrategia… Sin esperanzas. El ejército del Norte completamente desmoralizado. Tuve que ponerme firme, duro… No fue fácil…, pero sé que sin ellos todo esto no hubiera sido posible. Gracias a ellos… No gracias al gobierno. Creé la bandera… Máximo símbolo patrio... ¿Cómo puede ser que el gobierno repruebe mis actos?
La jura de la bandera en febrero de 1812… y después otra vez el 25 de mayo… Siempre el gobierno estuvo en contra. Pero con esta victoria entenderán mis metas…, mis objetivos de libertad. He decidido desafiar al gobierno, pero colocarme del lado del pueblo y luchar… Del pueblo heroico que combate contra realistas por una patria libre e independiente. Esas son las luchas verdaderas… Casi un día de batalla… Pero al fin se han retirado. Es una victoria, pero no el éxito total… debemos continuar. Y si nuevamente debo desafiar al gobierno, así lo haré… No son ellos los que luchan por la patria… Son estos valientes soldados… La victoria es de ellos… El 24 de Septiembre de 1812 será recordado… Aquí en Tucumán, y en todo el Río de la Plata… Una batalla ganada… Y seguiremos por más: será Salta nuestro próximo destino; nuestra próxima contienda, en busca de la libertad y la rendición española.
Así pensaba… MANUEL BELGRANO
¿Debo ser yo quien desobedezca órdenes del gobierno? ¿Debo actuar contra la patria, pero a favor de mis ideales, de la lucha por la libertad? No es contra la patria que me enfrento, es contra unos gobernantes que carecen de espíritu. No puedo permitir que un grupo de hombres me diga que debo hacer… A mí… Manuel Belgrano… He combatido en muchas batallas defendiendo a mi tierra… Y ahora aquí, en Tucumán, buscando la libertad, persiguiendo al enemigo.
Hace horas que combatimos, ¿cuándo se rendirán? Este día de 1812 parece el más largo de mi vida… Eterno… El humo y el fuego no me deja ver bien… Sé que muchas veces obré de forma incorrecta…, pero no es excusa. Combatí en Paraguay… Me enviaron a esa Campaña, con un ejército débil, escaso… y sin embargó luché. Me enfrenté a Velazco. Hice lo que mi patria me demandaba… ¿Soy el malo? ¿Y así me agradecen? Con obstáculos en mis ideales… No puedo creer que me hayan enjuiciado… Despojado de mi cargo… Suspenderme de mis funciones… Ellos cometen errores también. Todos cometemos errores, somos humanos… Yo supe perdonar, los entendí. Mis soldados… Fieles, siempre me defendieron… Y ahora esto… Esta nueva traba en mi carrera. Otra vez tanto humo… No me deja ver bien… ¿Quién me llama?
–General Belgrano. El enemigo está retirando sus tropas. Están huyendo hacia Salta.
–Excelente información soldado. Ha sido de gran ayuda su lucha en esta batalla. Dígame su nombre.
–Soldado Dorrego. Manuel Dorrego, a su servicio, General.
–Gracias, soldado. Regrese a su posición. Dígale a sus compañeros que ha sido una gran victoria.
¡Qué valentía! Soldados luchando valientemente, por la libertad… por la patria. Soldados llenos de energía, dispuestos a dar su vida. Y no fue tarea fácil… Aquel día que llegué… Me encontré con un grupo de soldados sin rumbo, sin estrategia… Sin esperanzas. El ejército del Norte completamente desmoralizado. Tuve que ponerme firme, duro… No fue fácil…, pero sé que sin ellos todo esto no hubiera sido posible. Gracias a ellos… No gracias al gobierno. Creé la bandera… Máximo símbolo patrio... ¿Cómo puede ser que el gobierno repruebe mis actos?
La jura de la bandera en febrero de 1812… y después otra vez el 25 de mayo… Siempre el gobierno estuvo en contra. Pero con esta victoria entenderán mis metas…, mis objetivos de libertad. He decidido desafiar al gobierno, pero colocarme del lado del pueblo y luchar… Del pueblo heroico que combate contra realistas por una patria libre e independiente. Esas son las luchas verdaderas… Casi un día de batalla… Pero al fin se han retirado. Es una victoria, pero no el éxito total… debemos continuar. Y si nuevamente debo desafiar al gobierno, así lo haré… No son ellos los que luchan por la patria… Son estos valientes soldados… La victoria es de ellos… El 24 de Septiembre de 1812 será recordado… Aquí en Tucumán, y en todo el Río de la Plata… Una batalla ganada… Y seguiremos por más: será Salta nuestro próximo destino; nuestra próxima contienda, en busca de la libertad y la rendición española.
sábado, 20 de febrero de 2010
Índice del libro
Para aquellos que no conocen mi libro nuevo, y quieren un adelanto, les traigo los nombres de los ocho cuentos que encontrarán allí, en "Cuentos de princesas, caballeros y dragones". Diversidad de historias, repletas de parodias y gags a los personajes y cuentos tradicionales.
Ya desde los títulos notarán lo que les digo.
Espero les gusten, y los animen a ir corriendo a una librería para enterarse de cada historia que lleva ese nombre por título.
Saludos!!
-Ni príncipe ni azul
-Mil trescientos ochenta y seis escalones (o noventa y nueve pisos o una torre muy alta)
-Un príncipe para rescatar
-Una docena de caballeros
-Para rescatar a una princesa, nada mejor que usar la cabeza
-Intercambio de prisioneros
-Una princesa enjaulada
-Poesía de un rapto
Ya desde los títulos notarán lo que les digo.
Espero les gusten, y los animen a ir corriendo a una librería para enterarse de cada historia que lleva ese nombre por título.
Saludos!!
-Ni príncipe ni azul
-Mil trescientos ochenta y seis escalones (o noventa y nueve pisos o una torre muy alta)
-Un príncipe para rescatar
-Una docena de caballeros
-Para rescatar a una princesa, nada mejor que usar la cabeza
-Intercambio de prisioneros
-Una princesa enjaulada
-Poesía de un rapto
sábado, 16 de enero de 2010
Cuento Ilustrado - Un gorrión cantor
Para que visiten su blog. http://carmensaldana.blogspot.com/
domingo, 3 de enero de 2010
Los invito a conocer una nueva Fan Page de Facebook.
CLASIFICADOS DARÍO, la mejor página del 2010!!
Entren, visiten, comenten y publiquen!! Saludos!
http://www.facebook.com/clasificadosdario
CLASIFICADOS DARÍO, la mejor página del 2010!!
Entren, visiten, comenten y publiquen!! Saludos!
http://www.facebook.com/clasificadosdario
martes, 8 de diciembre de 2009
Cuentos de princesas, caballeros y dragones
Tengo el agrado de informarles que ha salido mi primer libro de cuentos para chicos. La editorial Longseller publicó este libro, que estará en las librerías de todo el país en los próximos días. Es un libro con ocho relatos, plagados de humor, amor, suspenso y diversión. Los personajes más conocidos de los cuentos de hadas son los protagonistas de estas fabulosas historias, que no siempre fueron iguales. No siempre la princesa es rescatada; no siempre el caballero es valiente; y no siempre el dragón es el malo de la historia. Un libro ideal para chicos entre 6 a 9 años.
Lo recomiendo!!!
Lo recomiendo!!!
martes, 1 de diciembre de 2009
Quién queria terminar las clases?
Para terminar el año escolar, les traigo un cuento que habla sobre la tristeza de abandonar la escuela, de dejar a los amigos, de no compartir cosas con los compñaeros durante 3 meses. Espero la disfruten. Saludos!!
¿Quién quería terminar las clases?
Yamila se acercó a Tatiana en el recreo y le preguntó:
–¿Sabes que dentro de unos días termina el año y no hay que venir más al colegio? ¿No estás re–contenta?
Tatiana se quedó pensando un rato. Miró a sus compañeros de grado que jugaban a la pelota. Miró a las nenas saltar a la soga. Miró a las maestras charlando con sus alumnos. Se acordó de su cuaderno y de todas las cosas que había aprendido ese año. Aprendió lo que significa la palabra Identidad. Aprendió a multiplicar. Descubrió la historia de Cólon y de San Martín y lo que habían hecho. Aprendió los colores primarios. Aprendió que el día tiene 365 días, y que cada cuatro años, se agrega un día más. Entonces miró a su amiga, y le respondió:
–¿Y vos sabes que durante tres meses no vas volver a compartir conmigo el banco? ¿Sabes que durante tres meses Ignacio no te dará cada día una de sus galletitas de chocolate? ¿Y sabes que durante tres meses la seño no nos va a leer esos cuentos tan lindos?
Yamila se quedó callada. Y después de pensar un rato, gritó:
–¡¿Cuánto falta para volver a empezar el colegio?!
Los chicos y las maestras que estaban en el patio dejaron de jugar y miraron a Yamila. Y ante la mirada de todos, las dos nenas comenzaron a reírse con muchas ganas. ¿Quién quería terminar las clases? Yamila seguro que no.
¿Quién quería terminar las clases?
Yamila se acercó a Tatiana en el recreo y le preguntó:
–¿Sabes que dentro de unos días termina el año y no hay que venir más al colegio? ¿No estás re–contenta?
Tatiana se quedó pensando un rato. Miró a sus compañeros de grado que jugaban a la pelota. Miró a las nenas saltar a la soga. Miró a las maestras charlando con sus alumnos. Se acordó de su cuaderno y de todas las cosas que había aprendido ese año. Aprendió lo que significa la palabra Identidad. Aprendió a multiplicar. Descubrió la historia de Cólon y de San Martín y lo que habían hecho. Aprendió los colores primarios. Aprendió que el día tiene 365 días, y que cada cuatro años, se agrega un día más. Entonces miró a su amiga, y le respondió:
–¿Y vos sabes que durante tres meses no vas volver a compartir conmigo el banco? ¿Sabes que durante tres meses Ignacio no te dará cada día una de sus galletitas de chocolate? ¿Y sabes que durante tres meses la seño no nos va a leer esos cuentos tan lindos?
Yamila se quedó callada. Y después de pensar un rato, gritó:
–¡¿Cuánto falta para volver a empezar el colegio?!
Los chicos y las maestras que estaban en el patio dejaron de jugar y miraron a Yamila. Y ante la mirada de todos, las dos nenas comenzaron a reírse con muchas ganas. ¿Quién quería terminar las clases? Yamila seguro que no.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Día de la Música
Se me pasó!!! El 22 fue el día de la música, y para homenajearla, nada mejor que un cuento. saludos!!
Y LA MÚSICA SIGUIÓ SONANDO
El concierto estaba a punto de comenzar. Los músicos subieron al escenario, y el público aplaudió. Luego apareció el director de la orquesta, y el público volvió a aplaudir. Todo el teatro estaba en silencio, esperando escuchar las más hermosas melodías. Y cuando el director dio la orden con su batuta, los músicos comenzaron a tocar sus instrumentos. ¡Para qué! Ningún sonido se oía. Los músicos tocaron con más fuerza, pero no pasó nada. El público comenzó a levantarse, enojado. El director estaba muy nervioso, no sabía qué hacer.
De pronto, de tanto soplar y soplar, la trompeta comenzó a sonar. Pero no una canción. No, nada de eso. Comenzó a hablar. Sí, palabras de verdad. Toda la gente que se estaba yendo, se dio vuelta para ver qué pasaba. Al director de la orquesta, del susto, se le cayó la peluca que usaba. Y la trompeta dijo:
“Si, así es. No queremos sonar más. ¿Por qué siempre aplauden a los músicos, al director, pero nunca nos aplauden a nosotros?”
Entonces el piano, con sus teclas que parecen dientes gigantes dijo:
“La trompeta tiene razón. Estamos cansados de tanto trabajar y que nadie nos felicite. Nosotros también somos importantes en la orquesta”.
El tambor, que comenzó a rodar por todo el escenario dijo:
“Por eso hoy decidimos no sonar más. A menos que hagan algo al respecto”.
Todo el público se asombró. Era muy raro escuchar a los instrumentos hablar. Pero alguien del público gritó:
“¿Y si hoy se convierte en el día de la música, para felicitar a todos los instrumentos que hacen las canciones más lindas?”
Entonces la guitarra, moviendo sus finas cuerdas, dijo:
“Excelente idea. A partir de hoy, todos los 22 de noviembre serán el día de la música”.
Y desde hace muchos años se festeja el Día de la música. Si los instrumentos no hubieran pedido lo que creían que se merecían, nunca hubieran tenido su día. Te lo cuento, por si no lo sabías.
Y LA MÚSICA SIGUIÓ SONANDO
El concierto estaba a punto de comenzar. Los músicos subieron al escenario, y el público aplaudió. Luego apareció el director de la orquesta, y el público volvió a aplaudir. Todo el teatro estaba en silencio, esperando escuchar las más hermosas melodías. Y cuando el director dio la orden con su batuta, los músicos comenzaron a tocar sus instrumentos. ¡Para qué! Ningún sonido se oía. Los músicos tocaron con más fuerza, pero no pasó nada. El público comenzó a levantarse, enojado. El director estaba muy nervioso, no sabía qué hacer.
De pronto, de tanto soplar y soplar, la trompeta comenzó a sonar. Pero no una canción. No, nada de eso. Comenzó a hablar. Sí, palabras de verdad. Toda la gente que se estaba yendo, se dio vuelta para ver qué pasaba. Al director de la orquesta, del susto, se le cayó la peluca que usaba. Y la trompeta dijo:
“Si, así es. No queremos sonar más. ¿Por qué siempre aplauden a los músicos, al director, pero nunca nos aplauden a nosotros?”
Entonces el piano, con sus teclas que parecen dientes gigantes dijo:
“La trompeta tiene razón. Estamos cansados de tanto trabajar y que nadie nos felicite. Nosotros también somos importantes en la orquesta”.
El tambor, que comenzó a rodar por todo el escenario dijo:
“Por eso hoy decidimos no sonar más. A menos que hagan algo al respecto”.
Todo el público se asombró. Era muy raro escuchar a los instrumentos hablar. Pero alguien del público gritó:
“¿Y si hoy se convierte en el día de la música, para felicitar a todos los instrumentos que hacen las canciones más lindas?”
Entonces la guitarra, moviendo sus finas cuerdas, dijo:
“Excelente idea. A partir de hoy, todos los 22 de noviembre serán el día de la música”.
Y desde hace muchos años se festeja el Día de la música. Si los instrumentos no hubieran pedido lo que creían que se merecían, nunca hubieran tenido su día. Te lo cuento, por si no lo sabías.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Juguetes de Ayer
Este cuento fue publicado este año, en uno de los libros escolares de EDIBA. Me gusta mucho la relación que entablan abuelo y nieto, y lo que significa para un chico tomar decisiones.
Que lo disfruten!
JUGUETES DE AYER
Hace unas semanas mi abuelo me vio jugando con un jueguito electrónico de carreras de autos. Él no entendía muy bien cómo funcionaba, pero me veía jugar todo el día. Entonces me hizo una proposición:
–Agustín –me dijo–, en unas semanas es tu cumpleaños, y no sé que regalarte. En realidad tengo pensado tres regalos distintos, y no sé cuál te va a gustar más.
–Y… Dame los tres, abu –le dije con una sonrisa.
–Ja ja ja. Lo que voy a hacer es dejarte jugar con los tres, para que los pruebes. Vas a cumplir ocho años, y estás grande para decidir qué juguete es el que más te gusta.
Acepté su idea tan extraña. Al día siguiente, recibí un balero. Sí, así se llama. Es una pelota de madera, del tamaño de una mano, con un agujero debajo. Esta pelota está atada a un palo. El juego es tratar de embocar el palo en el agujero de la pelota. Al principio parecía aburrido, pero después de varios días cada vez jugaba mejor. Había días que embocaba la pelota hasta tres veces. Y cuando me empezó a gustar el juguete, llegó mi abuelo y me lo cambió por otro. Era el trato que teníamos. Me dio un yo-yo. Nombre raro el de este juguete. Es… es… como un alfajor atado con un piolín, y te lo atas al dedo. Aprendí a hacer muchas piruetas: el ascensor, el perrito, la vuelta al mundo. Y cuando menos lo esperaba, mi abuelo me lo cambió por un trompo. Este juguete es difícil de explicar cómo es, pero lo que les puedo decir es que gira como un tornado, y cuanto más tiempo gira, más divertido es. Pero también me sacó el trompo.
Durante varios días no supe qué hacer. Habíamos hecho un trato, y tenía que elegir un juguete, pero los tres me habían gustado mucho. Entonces se me ocurrió una idea.
El día de mi cumpleaños, mi abuelo entró a mi cuarto y me dijo:
–¿Y, Agustín? ¿Ya sabés que juguete querés que te regale?
–Me gustaron los tres –le dije–, por eso te propongo un nuevo trato, abu. Te cambio tus tres juguetes, por mi jueguito electrónico.
Mi abuelo pensó un rato y me dijo:
–Trato hecho. Dejaste de lado un juguete que te gusta por otros tres que también te gustan. Eso también es poder elegir. Te felicito.
Ahora estoy feliz y no dejo de jugar con mis nuevos juguetes. Y no se sorprendan si ven a mi abuelo por la calle con el jueguito electrónico, parece que le encantan las carreras de autos.
Que lo disfruten!
JUGUETES DE AYER
Hace unas semanas mi abuelo me vio jugando con un jueguito electrónico de carreras de autos. Él no entendía muy bien cómo funcionaba, pero me veía jugar todo el día. Entonces me hizo una proposición:
–Agustín –me dijo–, en unas semanas es tu cumpleaños, y no sé que regalarte. En realidad tengo pensado tres regalos distintos, y no sé cuál te va a gustar más.
–Y… Dame los tres, abu –le dije con una sonrisa.
–Ja ja ja. Lo que voy a hacer es dejarte jugar con los tres, para que los pruebes. Vas a cumplir ocho años, y estás grande para decidir qué juguete es el que más te gusta.
Acepté su idea tan extraña. Al día siguiente, recibí un balero. Sí, así se llama. Es una pelota de madera, del tamaño de una mano, con un agujero debajo. Esta pelota está atada a un palo. El juego es tratar de embocar el palo en el agujero de la pelota. Al principio parecía aburrido, pero después de varios días cada vez jugaba mejor. Había días que embocaba la pelota hasta tres veces. Y cuando me empezó a gustar el juguete, llegó mi abuelo y me lo cambió por otro. Era el trato que teníamos. Me dio un yo-yo. Nombre raro el de este juguete. Es… es… como un alfajor atado con un piolín, y te lo atas al dedo. Aprendí a hacer muchas piruetas: el ascensor, el perrito, la vuelta al mundo. Y cuando menos lo esperaba, mi abuelo me lo cambió por un trompo. Este juguete es difícil de explicar cómo es, pero lo que les puedo decir es que gira como un tornado, y cuanto más tiempo gira, más divertido es. Pero también me sacó el trompo.
Durante varios días no supe qué hacer. Habíamos hecho un trato, y tenía que elegir un juguete, pero los tres me habían gustado mucho. Entonces se me ocurrió una idea.
El día de mi cumpleaños, mi abuelo entró a mi cuarto y me dijo:
–¿Y, Agustín? ¿Ya sabés que juguete querés que te regale?
–Me gustaron los tres –le dije–, por eso te propongo un nuevo trato, abu. Te cambio tus tres juguetes, por mi jueguito electrónico.
Mi abuelo pensó un rato y me dijo:
–Trato hecho. Dejaste de lado un juguete que te gusta por otros tres que también te gustan. Eso también es poder elegir. Te felicito.
Ahora estoy feliz y no dejo de jugar con mis nuevos juguetes. Y no se sorprendan si ven a mi abuelo por la calle con el jueguito electrónico, parece que le encantan las carreras de autos.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
nuestras artes
Hoy no sólo es mi cumpleaños (29 añitos!!), sino que también comienza la Semana de las artes (del 11 al 15 de noviembre). La mejor manera de celebrar ambos eventos, es con una poesía que publiqué hace algunos años, sobre las artes. Que la disfruten. Saludos.
Nuestras Artes
En noviembre celebramos,
Algo muy especial.
Se trata de la semana de las artes,
Una semana ideal.
Son seis las artes que tenemos,
Cada una divertida,
Las aprendemos en la escuela,
Y nos alegran la vida.
Si te gusta la Pintura,
Usarás témperas y pincel,
Si te gusta la Escultura
Darás forma con un cincel.
La Escritura, con sus cuentos y relatos,
Nos llena de fantasía,
Y la Danza, entre pasos y piruetas,
Nos asombra la coreografía.
En el Teatro vemos a los actores,
Que personajes interpretan,
Y en la Música escuchamos cantantes,
Con sus voces nos deleitan.
Nuestras Artes
En noviembre celebramos,
Algo muy especial.
Se trata de la semana de las artes,
Una semana ideal.
Son seis las artes que tenemos,
Cada una divertida,
Las aprendemos en la escuela,
Y nos alegran la vida.
Si te gusta la Pintura,
Usarás témperas y pincel,
Si te gusta la Escultura
Darás forma con un cincel.
La Escritura, con sus cuentos y relatos,
Nos llena de fantasía,
Y la Danza, entre pasos y piruetas,
Nos asombra la coreografía.
En el Teatro vemos a los actores,
Que personajes interpretan,
Y en la Música escuchamos cantantes,
Con sus voces nos deleitan.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Juegos en la Nieve
Cuento publicado en el libro escolar de Primer Grado de Ediba, en 2004, y nuevamente en 2009. Espero les guste. Saludos.
JUEGOS EN LA NIEVE
El año pasado Lucía se fue con sus papás y su hermano a Mendoza durante las vacaciones de invierno. Era la primera vez que Lucía tocaría la nieve. Cuando llegaron, la pequeña nena se bajó del auto tan rápido como un rayo, y mientras se sacaba los guantes, se tiró de cabeza sobre el hielo.
–¡Esto está muy frío, mami! –gritó la nena mientras reía.
–¿Viste Lucy? Es como hielo todo roto –respondió la mamá mientras miraba a su hija jugando en la nieve.
–Me encanta la nieve –dijo la nena mientras hacía una bola.
Estuvieron jugando un rato largo, haciendo bolas y arrojándolas muy lejos, armando muñecos de nieve, haciendo pozos y todo lo que se te ocurra. Hasta que el papá dijo:
–Bueno, nos tenemos que ir al hotel.
Lucía puso cara de tristeza y dijo:
–Yo no me quiero ir. Me gusta mucho jugar en la nieve.
–Ya lo sé hija, pero mañana tenemos que volver a casa. Ya se terminan las vacaciones –dijo la mamá.
–Bueno. Pero me quiero llevar un poco de nieve para mostrarle a Juli. Ella es mi amiga, y nunca tocó la nieve.
–No vas a poder, hijita. Se va a derretir toda, y cuando lleguemos a casa la nieve va a ser agua –respondió la madre.
La familia se subió al auto y se fueron al hotel. Al día siguiente ya estaban en su casa otra vez. Las vacaciones habían terminado y Lucía volvió al colegio. Al regreso, invitó a su amiga Julieta a su casa para contarle sobre sus vacaciones en Mendoza. Mientras estaban merendando, la madre escuchó lo que decían.
–¿Y cómo es la nieve, Lu? –preguntó Julieta mientras comía una galletita.
–Es muuuuyyy fría. Y blanca. Es como arena toda blanca, pero más fría.
–Me encantaría tocar la nieve. Mis papás dicen que algún día vamos a ir.
–Yo te quería traer un poco, pero mi mamá dijo que se iba a hacer agua.
La madre, que estaba escuchando todo, agarró un plato grande y abrió el freezer. Junto mucho hielo y cuando se dio vuelta dijo:
–Yo sí traje un poco de nieve para que Juli la pueda tocar.
Y puso el plato en el medio de la mesa. Entonces las dos nenas enterraron sus manos y comenzaron a jugar con esa nieve tan rara.
JUEGOS EN LA NIEVE
El año pasado Lucía se fue con sus papás y su hermano a Mendoza durante las vacaciones de invierno. Era la primera vez que Lucía tocaría la nieve. Cuando llegaron, la pequeña nena se bajó del auto tan rápido como un rayo, y mientras se sacaba los guantes, se tiró de cabeza sobre el hielo.
–¡Esto está muy frío, mami! –gritó la nena mientras reía.
–¿Viste Lucy? Es como hielo todo roto –respondió la mamá mientras miraba a su hija jugando en la nieve.
–Me encanta la nieve –dijo la nena mientras hacía una bola.
Estuvieron jugando un rato largo, haciendo bolas y arrojándolas muy lejos, armando muñecos de nieve, haciendo pozos y todo lo que se te ocurra. Hasta que el papá dijo:
–Bueno, nos tenemos que ir al hotel.
Lucía puso cara de tristeza y dijo:
–Yo no me quiero ir. Me gusta mucho jugar en la nieve.
–Ya lo sé hija, pero mañana tenemos que volver a casa. Ya se terminan las vacaciones –dijo la mamá.
–Bueno. Pero me quiero llevar un poco de nieve para mostrarle a Juli. Ella es mi amiga, y nunca tocó la nieve.
–No vas a poder, hijita. Se va a derretir toda, y cuando lleguemos a casa la nieve va a ser agua –respondió la madre.
La familia se subió al auto y se fueron al hotel. Al día siguiente ya estaban en su casa otra vez. Las vacaciones habían terminado y Lucía volvió al colegio. Al regreso, invitó a su amiga Julieta a su casa para contarle sobre sus vacaciones en Mendoza. Mientras estaban merendando, la madre escuchó lo que decían.
–¿Y cómo es la nieve, Lu? –preguntó Julieta mientras comía una galletita.
–Es muuuuyyy fría. Y blanca. Es como arena toda blanca, pero más fría.
–Me encantaría tocar la nieve. Mis papás dicen que algún día vamos a ir.
–Yo te quería traer un poco, pero mi mamá dijo que se iba a hacer agua.
La madre, que estaba escuchando todo, agarró un plato grande y abrió el freezer. Junto mucho hielo y cuando se dio vuelta dijo:
–Yo sí traje un poco de nieve para que Juli la pueda tocar.
Y puso el plato en el medio de la mesa. Entonces las dos nenas enterraron sus manos y comenzaron a jugar con esa nieve tan rara.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Concurso Literario
Me interesa difundir el concurso literario "De Ana Frank a nuestros días", porque incentiva a los jóvenes a escribir y a descubrir la historia. Se entrecruzan dos disciplinas muy interesantes, y puede ser enriquecedor para cualquier persona que desee escribir.
El concurso es para jóvenes y pueden encontrar las bases en el sitio.
El Centro Ana Frank Argentina y el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, te invitan a participar del concurso Literario “De Ana Frank A Nuestros Días”, y ganar un viaje para conocer la Casa de Ana Frank en Amsterdam.
Saludos
domingo, 1 de noviembre de 2009
Tres barriletes
A continuación un cuento que escribí este año, y que demuestra que no siempre la unión hace a la fuerza. Saludos!
TRES BARRILETES
Leandro, Luciano y Lionel miraban la televisión cuando en un programa mostraron un torneo de barriletes. Los tres se miraron y dijeron al mismo tiempo: “¡hagamos uno!”
–Chicos, creo que tengo una revista que enseña cómo hacelos –dijo Leandro–. Voy a buscarla.
Cuando regresó, tenía la revista y los materiales que necesitaban. Hilo, papel barrilete, varillas de madera, un poco de trapo, tijeras y cinta de papel.
–Voy a usar el papel verde –dijo Lionel.
–No, ¿por qué vas a usar vos todo el papel?– protestó Luciano.
–Porque quiero que sea muy grande y lindo mi barrilete.
–Entonces, si te llevás el papel, yo me llevo el trapo para hacer la cola.
–No. Esos son los únicos pedazos de tela que hay –se quejó Leandro.
–No me importa. Si Lionel se queda con el papel, y no lo reparte entre los tres, yo me quedo con todo el trapo.
–Bueno. Quédense con esas cosas, yo me llevo todo el hilo –dijo Leandro enojado.
Y así cada uno construyó su barrilete como pudo. Lionel, en lugar de piolín, usó los cordones de sus zapatillas. Luciano uso papel de diario. Y Leandro, con cinta de papel, hizo la cola de su barrilete. Después de mucho trabajo, salieron al jardín a remontarlos.
Pero ninguno logró remontar su barrilete. Intentaron muchas veces, hasta que se cansaron de correr. Cuando parecía que un barrilete comenzaba a elevarse, volvía a caer, y los otros dos chicos se reían.
Después de mucho probar, Lionel dijo:
–Chicos, esto no funciona. Algo hicimos mal.
–Claro que hicimos algo mal –dijo Leandro–. Vos tenés un hilo muy corto, Luciano usó papel de diario, y la cola de mi barrilete no pesa lo suficiente. Eso pasa porque no compartimos los materiales.
–Entonces compartámoslos –dijo Luciano –y nos turnamos para remontarlo.
Los tres chicos desarmaron sus barriletes, para armar uno con los materiales correctos. Minutos después, un hermoso barrilete verde estaba construido. Leandro tomo el hilo y comenzó a correr, pero el barrilete tampoco se elevó. Probaron Luciano y Lionel y tampoco funcionó. Entonces Leandro tomó la revista, la miró y dijo:
–No entiendo. Seguimos los pasos a la perfección. Se necesita hilo, papel barrilete, varillas de madera, trapo para la cola…–dijo Leandro.
–¿Qué pasa, Lean? –preguntó Lionel.
–Nos olvidamos de algo muy importante para poder remontar un barrilete.
Los amigos se miraron sin saber qué faltaba. Entonces Leandro les dijo:
–¡Falta viento! ¡Sin viento el barrilete no vuela!
Los tres amigos comenzaron a reírse tanto que no podían parar.
–Volvamos a intentarlo mañana –dijo Luciano, mientras los tres entraban a la casa para merendar.
TRES BARRILETES
Leandro, Luciano y Lionel miraban la televisión cuando en un programa mostraron un torneo de barriletes. Los tres se miraron y dijeron al mismo tiempo: “¡hagamos uno!”
–Chicos, creo que tengo una revista que enseña cómo hacelos –dijo Leandro–. Voy a buscarla.
Cuando regresó, tenía la revista y los materiales que necesitaban. Hilo, papel barrilete, varillas de madera, un poco de trapo, tijeras y cinta de papel.
–Voy a usar el papel verde –dijo Lionel.
–No, ¿por qué vas a usar vos todo el papel?– protestó Luciano.
–Porque quiero que sea muy grande y lindo mi barrilete.
–Entonces, si te llevás el papel, yo me llevo el trapo para hacer la cola.
–No. Esos son los únicos pedazos de tela que hay –se quejó Leandro.
–No me importa. Si Lionel se queda con el papel, y no lo reparte entre los tres, yo me quedo con todo el trapo.
–Bueno. Quédense con esas cosas, yo me llevo todo el hilo –dijo Leandro enojado.
Y así cada uno construyó su barrilete como pudo. Lionel, en lugar de piolín, usó los cordones de sus zapatillas. Luciano uso papel de diario. Y Leandro, con cinta de papel, hizo la cola de su barrilete. Después de mucho trabajo, salieron al jardín a remontarlos.
Pero ninguno logró remontar su barrilete. Intentaron muchas veces, hasta que se cansaron de correr. Cuando parecía que un barrilete comenzaba a elevarse, volvía a caer, y los otros dos chicos se reían.
Después de mucho probar, Lionel dijo:
–Chicos, esto no funciona. Algo hicimos mal.
–Claro que hicimos algo mal –dijo Leandro–. Vos tenés un hilo muy corto, Luciano usó papel de diario, y la cola de mi barrilete no pesa lo suficiente. Eso pasa porque no compartimos los materiales.
–Entonces compartámoslos –dijo Luciano –y nos turnamos para remontarlo.
Los tres chicos desarmaron sus barriletes, para armar uno con los materiales correctos. Minutos después, un hermoso barrilete verde estaba construido. Leandro tomo el hilo y comenzó a correr, pero el barrilete tampoco se elevó. Probaron Luciano y Lionel y tampoco funcionó. Entonces Leandro tomó la revista, la miró y dijo:
–No entiendo. Seguimos los pasos a la perfección. Se necesita hilo, papel barrilete, varillas de madera, trapo para la cola…–dijo Leandro.
–¿Qué pasa, Lean? –preguntó Lionel.
–Nos olvidamos de algo muy importante para poder remontar un barrilete.
Los amigos se miraron sin saber qué faltaba. Entonces Leandro les dijo:
–¡Falta viento! ¡Sin viento el barrilete no vuela!
Los tres amigos comenzaron a reírse tanto que no podían parar.
–Volvamos a intentarlo mañana –dijo Luciano, mientras los tres entraban a la casa para merendar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)