Cuento publicado en el libro escolar de Primer Grado de Ediba, en 2004, y nuevamente en 2009. Espero les guste. Saludos.
JUEGOS EN LA NIEVE
El año pasado Lucía se fue con sus papás y su hermano a Mendoza durante las vacaciones de invierno. Era la primera vez que Lucía tocaría la nieve. Cuando llegaron, la pequeña nena se bajó del auto tan rápido como un rayo, y mientras se sacaba los guantes, se tiró de cabeza sobre el hielo.
–¡Esto está muy frío, mami! –gritó la nena mientras reía.
–¿Viste Lucy? Es como hielo todo roto –respondió la mamá mientras miraba a su hija jugando en la nieve.
–Me encanta la nieve –dijo la nena mientras hacía una bola.
Estuvieron jugando un rato largo, haciendo bolas y arrojándolas muy lejos, armando muñecos de nieve, haciendo pozos y todo lo que se te ocurra. Hasta que el papá dijo:
–Bueno, nos tenemos que ir al hotel.
Lucía puso cara de tristeza y dijo:
–Yo no me quiero ir. Me gusta mucho jugar en la nieve.
–Ya lo sé hija, pero mañana tenemos que volver a casa. Ya se terminan las vacaciones –dijo la mamá.
–Bueno. Pero me quiero llevar un poco de nieve para mostrarle a Juli. Ella es mi amiga, y nunca tocó la nieve.
–No vas a poder, hijita. Se va a derretir toda, y cuando lleguemos a casa la nieve va a ser agua –respondió la madre.
La familia se subió al auto y se fueron al hotel. Al día siguiente ya estaban en su casa otra vez. Las vacaciones habían terminado y Lucía volvió al colegio. Al regreso, invitó a su amiga Julieta a su casa para contarle sobre sus vacaciones en Mendoza. Mientras estaban merendando, la madre escuchó lo que decían.
–¿Y cómo es la nieve, Lu? –preguntó Julieta mientras comía una galletita.
–Es muuuuyyy fría. Y blanca. Es como arena toda blanca, pero más fría.
–Me encantaría tocar la nieve. Mis papás dicen que algún día vamos a ir.
–Yo te quería traer un poco, pero mi mamá dijo que se iba a hacer agua.
La madre, que estaba escuchando todo, agarró un plato grande y abrió el freezer. Junto mucho hielo y cuando se dio vuelta dijo:
–Yo sí traje un poco de nieve para que Juli la pueda tocar.
Y puso el plato en el medio de la mesa. Entonces las dos nenas enterraron sus manos y comenzaron a jugar con esa nieve tan rara.
5 comentarios:
heyy! que bueno , me has sacado una sonrisa, me has hecho recordar cuando yo también me llevaba la nieve a casa y se deretia en el camino je, que cosas hacemos de niños nos sorprende todo y nos gusta todo, yo lo disfrute y en mis recuerdos lo disfruto aún.
abrazos
Pao
Hola Dario...hermoso cuento!!!!
Te dejo un besoteee
Erika
Feliz idea para alegrarles :) me encantó leer esta anecdota. Gracias Darío. Un abrazo y feliz semana.
Que buen relato, imaginate si a la nieve le pudieramos poner sabor, nuestra cordillera sería un helado gigante, cariños paty
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