LIBRO JAG SAMEAJ - OFERTA

Mostrando las entradas con la etiqueta ciencia ficcion. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ciencia ficcion. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de mayo de 2018

CARTA DESDE MONTEVIDEO

Marcelo Rodríguez, maestro de sexto grado de la Escuela Nº 307 de Montevideo, me envió un mail, que me sorprendió gratamente. Él junto con sus alumnos, trabajaron con relatos mios de Ciencia Ficción, abordando problematicas de nuestro planeta y el cuidado del mismo. Estos cuentos los usaron como medio de reflexión. Y luego de leerlos, realizaron una muestra con dibujos refereridos a esas historias.

Los cuentos están publicados en este blog, y pueden encontrarlos

Ciencia Ficción VII

Muchas gracias por leerme, desde Uruguay!!
Y un gran abrazo literario a los chicos de sexto grado!

Les dejo la carta y las fotos.


Darío Levin:
Somos alumnos de 6º año A de la escuela Nº 307 “Margarita Xirgu” del barrio Paso de la Arena, de Montevideo.
Como estamos trabajando, en literatura, con la ciencia ficción, en clase leímos tres cuentos que escribiste: Energía humana, Oxigenadores y Paz alienígena.
Con cada uno de ellos hicimos varias actividades: los representamos en dibujo, para hacer una exposición en el hall de la escuela, los leímos y sintetizamos, lo conversamos, pensamos preguntas no respondidas e incluso títulos alternativos para los  cuentos. También pensamos en qué perspectiva podrías tener sobre los seres humanos.
Una vez que los trabajamos, los comparamos en un cuadro de doble entrada. Vimos temas en común en los tres cuentos: tratas temas del futuro del planeta destruido por los humanos y su miedo a perder.
La semana pasada visitamos tu blog y vimos la dramatización que otros chicos hicieron de “Blanca suerte, negra suerte”, además de otros títulos que escribiste.
La próxima semana, tres compañeros nos leerán otros tres cuentos tuyos: “Día del inmigrante terrícola”, “Sin dormir” y “Cuatro elementos”.

Pensamos que sos muy creativo y que pensás que los humanos son engreídos y egoístas porque no ayudan a la Tierra a reproducirse bien. Es una suposición de nuestra parte: ¿vos concordás con nuestra opinión?
Lucía, Mikaela, Ariel, Gastón, Valentina S., Camilo, Valentina Ll., Valentina I., Uma, Mateo, Yasmín, Lucas P., Lucas L., Angelo, Antonella C., Antonella M., Vanina, Yohel, Axel, Facundo, Keila, Karol, Belén, Fabrizio, Ximena, Kahyla y Gabriel.









martes, 16 de junio de 2015

CIENCIA FICCIÓN PARA CHICOS VII

Algún día, alguien se preocupará por nosotros. Otro relato de ciencia ficción para chicos.

CUATRO ELEMENTOS

       La nave circular y luminosa descendió sobre la aridez del planeta Tierra.
     La atmósfera estaba atestada de humo y dióxido de carbono, irrespirable para los humanos. El sol había dejado de brillar siglos atrás. Los mares se habían secado. La vida en la Tierra había desaparecido. Nada de hombres y mujeres, ni plantas ni animales. Todo se había extinguido. Culpa del ser humano, por supuesto.
     El ser espacial descendió de su nave, y con paso ligero pero cuidadoso se desplazó, flotando, sobre el suelo. Deambuló largo rato, sin prestar atención a su alrededor. Seguramente porque nada había para ver, nada había para recordar.
      La desolación reinaba en la Tierra.
     El visitante se detuvo de pronto. Era un sitio igual al que había dejado atrás, y muy parecido al que hubiera encontrado de haber continuado su marcha. Extendió una de las extremidades que asomaban por su manto color blanco, desde el centro de su cuerpo. Portaba una especie de pala o elemento para cavar en la tierra. Pero contrario a lo que parecía, sin el menor esfuerzo, colocó el aparato sobre el sitio donde estaba, y la tierra comenzó a abrirse, sola. Como por arte de magia. O por su avanzada tecnología.
     Guardó la pala. Del suelo comenzaron a elevarse cuatro recipientes, cuatro botellas. Pequeñas, transparentes. Cada una con una etiqueta adherida. Una vez que las tuvo frente a sus ojos, a sus tres ojos, sonrió.
     –QY se reporta –dijo sin mover su boca.
     Y telepáticamente se comunicaron con él.
   –Así es. Los he encontrado. Sí. Los cuatro. Se han conservado a salvo. Entendido. Emprendo el regreso. Gracias.
    Extrajo de su manto una caja de metal, donde guardó las cuatro botellas. Antes de cerrarlo, las miró y observó cómo dentro de cada una se conservaba el futuro.
    –Fuego, aire, agua y tierra. Los cuatro elementos. Fueron muy precavidos los seres humanos al haberlos protegido. Como si hubiesen sabido que su raza se extinguiría, y miles de años después nuestra civilización les daría una segunda oportunidad, en otro planeta.
     Se dio vuelta y regresó a su nave, dejando atrás un planeta desierto.

Y para los fanáticos de la ciencia ficción para chicos, les dejo otros den mis textos

Ciencia Ficción I
Ciencia Ficción II
Ciencia Ficción III
Ciencia Ficción IV
Ciencia Ficción V
Ciencia Ficción VI


martes, 17 de marzo de 2015

CIENCIA FICCIÓN PARA CHICOS VI

Los relatos de ciencia ficción son algo que me siguen fascinando. Leerlos y escribirlos. Les traigo un nuevo cuento de este género fantástico, publicado en un libro escolar.

DÍA DEL INMIGRANTE TERRÍCOLA


     La nave espacial, sobre la plataforma de despegue, se impone en el paisaje desolado. Una nave gigante, con capacidad para cientos de pasajeros, pero que parece diminuta frente a tanta soledad. En el fondo, algunas montañas se levantan y el cielo color morado apaga toda luz que intenta entrar en nuestro planeta. Ya no es habitual ver el sol cada mañana. Hace más de trecientos años que ya no se ve ni se siente. Y por eso debemos escapar, abandonar la Tierra y buscar otro planeta donde vivir.
    Llegamos a horario a la estación de lanzamiento, como nos habían solicitado en la carta de citación: 4 de septiembre, 17:30hs. Es obligatorio cumplir con los horarios dispuestos, ya que el menor retraso podría ocasionar pérdidas millonarias, y además podríamos perder nuestros lugares. Y eso es algo que nadie quiere.
    Nuestro planeta está perdido. El agua se ha contaminado; el aire es casi irrespirable; el clima es un sinsentido. Todos los intentos por la preservación fueron en vano; los años de desinterés en el medio ambiente se levantan victoriosos. Los colores mutaron tanto que las hojas de los árboles ya no son verdes, ni la tierra es marrón, ni las manzanas rojas. Todo es distinto a como era antes. Nuestro planeta está perdido.
    Junto a mis padres y mi hermana menor, caminamos por la plataforma hacia la nave, nerviosos, asustados y preocupados. Millones de hombres iniciaron este viaje hace meses, con destinos inciertos. ¿A dónde iríamos? ¿Sobreviviremos en otro mundo? ¿Seremos bienvenidos? ¿Podremos mantener nuestras costumbres? ¿Nos aceptarán? Todo es desconocido, y eso nos da miedo. Pero es la única oportunidad que tenemos para sobrevivir. Algunos afirman que los seres humanos no podremos comenzar una nueva vida en otro lugar, lejos. Pero yo estoy seguro que sí.
    Entramos a la nave y nos ubicamos en nuestras butacas. Mi asiento junto a la ventanilla me deja ver cómo al despegar nos alejamos de la Tierra, y el cielo se limpia al ingresar al espacio. Me deja ver cómo dejamos un planeta irrecuperable. Seremos invitados en un planeta extraño. Seremos inmigrantes, como alguna vez lo fueron mis antepasados, al llegar a otro continente, o a otro país. Siempre seremos inmigrantes, ese es nuestro destino. Será muy difícil adaptarnos, pero es la única opción que tenemos para preservar la raza humana.

Si queres conocer más historias de la ciencia ficción para chicos, lee estos cuentos:

Ciencia Ficción I
Ciencia Ficción II
Ciencia Ficción III
Ciencia Ficción IV
Ciencia Ficción V
Ciencia Ficción VII

jueves, 12 de junio de 2014

Invasión inadvertida: La tapa

Les dejo, con mucha alegría y emoción, la tapa de mi próximo libro: "Invasión Inadvertida y otros relatos de ciencia ficción". Un libro con historias futuristas para chicos a partir de los 10 años. Muy pronto en todas las librerías. ¡Vayan reservando uno!
Saludos!




Si queres conocer más historias de la ciencia ficción para chicos, lee estos cuentos:



viernes, 18 de abril de 2014

Nuevas ilustraciones: Invasión inadvertida

Mi próximo libro cada vez está más cerca. "Invasión inadvertida y otros cuentos de ciencia ficción" ya está casi listo, editado por Aique. Muy pronto en todas las librerías y en la Feria del Libro de Buenos Aires. Si sos fanático de los cuentos de ciencia ficción, del futuro y de extraterrestres, este será un gran libro para vos. Las ilustraciones que les dejo, son del genial Ricardo Fernández.







Si queres conocer más historias de la ciencia ficción para chicos, lee estos cuentos:


Ciencia Ficción VII

jueves, 10 de abril de 2014

Ciencia Ficción para chicos - V

Muy cerca de un nuevo libro de ciencia ficción para chicos, les traigo un texto sobre el futuro. Un futuro que podría ser real o imaginario, pero poco prometedor.
Que lo disfruten!

OXIGENADORES

Un grupo de nueve hombres vestidos con overol oscuro, guantes de cuero desgastado, cascos y máscaras de oxígeno excavan en una gruta profunda en algún recóndito lugar del Planeta Tierra. Afuera, el cielo gris y el aire pesado no deja ver más allá del área de trabajo. En el año 2.711, la contaminación es tan extrema que los hombres deben usar máscaras de oxígeno todo el día, y sólo pueden quitárselas en lugares especialmente preparados para respirar aire puro. Esos lugares son pocos y no se encuentran fácilmente, y quienes pueden acceder a ellos son personas con alto poder adquisitivo o con cargos importantes en el gobierno terrestre. La causa principal de esta situación es el humo y residuos tóxicos arrojados durante años por las fábricas, sin reparos en los problemas que ocasionarían. La contaminación en el aire producido por éstas perjudicó a toda forma de vida en el planeta. Los animales, plantas y alimentos naturales se vieron seriamente amenazados, y se debieron construir reservas para su preservación. Sin embargo, muchas especies desaparecieron, y otras tantas mutaron.
                Es por eso que grupos especializados, llamados “oxigenadores”, recorren el mundo en busca de túneles subterráneos, donde el humo no ha llegado, y donde el aire aún es puro. Es un trabajo difícil, que consume muchas vidas, pero el beneficio obtenido es muy alto: oxígeno puro para seguir viviendo. En ocasiones tardan meses en extraer el gas, y llevarlo a las ciudades donde se envasa y se comercializa como cualquier otro producto. El oxígeno se compra en supermercados, como si fuera yogur, galletitas, algodón o carne. Pero no todos los hombres pueden ser “oxigenadores”, hay que tener las condiciones necesarias y un espíritu muy fuerte. Por eso, quienes no lo somos, aprendimos a vivir consumiendo el oxígeno que ellos encuentran y venden.
                El costo que se debe pagar por el oxígeno es muy elevado, y muchos hombres no logran sobrevivir mucho tiempo. Aquí, en el año 2.711 los hombres no viven más de veinte o veintiún años. El dinero ya no me alcanza para seguir comprando oxígeno, y la próxima semana cumplo veintidós.


Ciencia Ficción VII

viernes, 14 de febrero de 2014

Nuevo Libro, 2014 es el futuro

Muy pronto llegará a las librerías un nuevo libro, editado por Aique/Anaya.
Cuentos de ciencia ficción para chicos de 10 y 11 años. Mucho futuro, mucha tecnología, muchos viajes espaciales. Mucho de lo que nos gusta imaginar del futuro.
Les dejo un adelanto con una de las ilustraciones de Ricardo Fernández. ¡Un groso!

¡Estén atentos! Muy pronto más novedades.


jueves, 11 de octubre de 2012

Ciencia Ficción para chicos IV

Para los amantes de los cuentos de ciencia ficción, les traigo uno nuevo. Espero les guste. Saludos!

SIN DORMIR


                –El ser humano pasa un tercio de su vida durmiendo. Eso es inaudito. Pierde tiempo para trabajar más, para viajar, para leer, para estar con sus hijos. Pierde demasiado tiempo durmiendo. Nosotros acabaremos con esto –dijo Zaidman en televisión, uno de los científicos más reconocidos del mundo, en el año 2.117.
                Y así fue. Luego de cinco meses de arduo trabajo y dedicación, Zaidman junto a su equipo de científicos, crearon una pastilla. Una pastilla que eliminaba el sueño. De raíz. Con tomar una, el hombre soportaba días sin dormir, y así ganaba tiempo.
                La pastilla recorrió el mundo. En paquetes de tres, de cinco, de diez. Se vendían por mayor y por menor, en todos los países. Los hombres se dieron cuenta que aprovechaban más su vida, que podían hacer muchas más cosas que antes se perdían por dormir. Comenzaron a verse con amigos que hacía mucho no veían. Le dedicaban algunas horas más al trabajo. Cada tanto miraban programas de televisión o escuchaban la radio toda la noche. Al principio usaban la pastilla para recuperar horas perdidas en viajes o en otras cosas.
                Nadie, nadie en todo el globo había dicho “no” a probar la nueva píldora. Entonces comenzaron a abusar de ella. No tomaban una o dos por mes, sino que comenzaron a tomar una por semana. Algunos hasta una por día. Sin embargo, y pese a que algunos continuaban preservando algunas horas para dormir, al poco tiempo ya nadie dormía.
Los hombres comenzaron a trabajar más tiempo, casi quince horas por día. Llegaban a cualquier hora a sus casas, invertían más dinero en sus empresas, y gracias a las pastillas no necesitaban descansar. Empezaron ejercitarse más seguido, desarrollando sus músculos a niveles exponenciales. Comenzaron a socializar mucho más: reuniones de amigos, citas, deportes, salidas con la familia. Las mujeres tenían más tiempo para vestirse, ir de compras, maquillarse. Comenzaron a preocuparse más por su apariencia física, ya que todo el día estaban despiertas, y debían verse impecables. Hombres y mujeres incluyeron dos comidas más en sus vidas. Al estar despiertos tanto tiempo, y gastar más energías, debían consumir más proteínas y vitaminas para soportar las veinticuatro horas en actividad.
Todos tomaban las pastillas, como si fueran alimento. Pero ese no fue el problema mayor. Porque si lo deseaban, podían abandonar el remedio y regresar a su vida anterior, y dormir como lo hacían tiempo atrás.
                Lo que Zaidman ni su equipo predijeron fue que la pastilla comenzaría a ser absorbida por cada ser humano, y con el tiempo, cada vez necesitarían menos pastillas para evadir el sueño. Vivían las veinticuatro horas. Trabajaban mucho más. Leían. Jugaban. Comían. Viajaban. Pero ya no dormían.
                La evolución hizo el resto.
        Hoy, en el año 3.075, no sabemos lo que es dormir. Esa pastilla, que nuestros antepasados consumieron, sus cuerpos las asimilaron, y hoy el ser humano no necesita dormir. Puede estar despierto las veinticuatro horas; debe estarlo. De noche y de día. Con luz y en la oscuridad. Ya no necesitamos dormir. No es bueno esto. No sólo no podemos dormir, sino que tampoco hacemos algo que nuestros antepasados llamaban soñar.



miércoles, 8 de febrero de 2012

Ciencia Ficción para Chicos III

Después de mucho tiempo, regresan los cuentos de ciencia ficción para chicos. Un género poco explotado, y sin embrago muy divertido. Esta es la historia de nuestro mundo en sus últimos momentos. Espero la disfruten.

PAZ ALIENÍGENA


Los misiles caían como gotas de lluvia en una tormenta, llevándose consigo edificios, casas, autos, árboles y personas. Muchas. Hombres, mujeres, niños, que desaparecían al instante como por arte de magia. Pero eso no era magia, era la guerra, o al menos un tipo de guerra muy extraña. Hacía meses que había comenzado de forma sorpresiva, pero siempre estuvo latente la posibilidad de que eso sucediera. Durante años el hombre fabricó sus armas para defenderse, para protegerse, para luchar por sus intereses a toda costa, pero en el año 2.290 sus intenciones se volvieron en contra, y ya fue muy tarde para revertir la situación.
Entre escombros y edificios destruidos, Velland y su perro escapaban por las calles de lo que supo ser una ciudad. Las bombas caían sin piedad, y no dejaban nada en pie. Velland veía madres llorando, hombres desconcertados, hijos perdidos. Quería ayudar a todos, pero ya nada podía hacer: debía huir y encontrar refugio.
Velland se perdió mirando el cielo, porque sabía que la razón de lo que sucedía se ocultaba detrás de las nubes de polvo. Tenía formas extraterrestres, tenía formas de venganza. Kil ladró para que su amo volviera en sí, y juntos continuaron escapando. Una abeja de metal pasó zumbando muy cerca, y se coló por la puerta de una casa para hacerla estallar en pedazos. Hombre y perro corrieron para salvar sus vidas; corrieron sin rumbo para intentar evitar un final predecible.
Una nueva bomba estalló cerca de Kil, y la furia de la explosión lo arrojó lejos. Lastimado intentó levantarse, pero no pudo. Vellard se acercó a su mascota, que se lamía las heridas.
–Amigo… –dijo acariciando su lomo–. Esto es culpa nuestra, del hombre. Te pido perdón en nombre de todos nosotros. Somos los responsables.
El perro ladró, y Vellard comprendió que su compañero lo perdonaba.
–Fuimos muy pedantes. Siempre creímos que podíamos hacer lo que nos plazca. Destruir bosques, contaminar mares, aniquilar especies. Y que nadie nos detendría. Hasta creímos que podríamos vencer a los invasores. Que no eran invasores, eran simples visitantes de otros mundos que venían a ayudarnos. Pero con terquedad, preferimos atacarlos. Y ahora pagamos. Perdonanos por ser tan engreídos y descuidados, amigo. Ahora nos enteramos que son una raza pacífica, que odian las armas. Es más, carecen de ellas. Y eligieron destruirnos con nuestras propias armas, con las que los atacamos a ellos. Nos castigan con lo que creímos que nos defendíamos. Ellos buscan la paz en el universo, y con nosotros no la podrán encontrar.
Kil ladró nuevamente, y lamió la mano de su amo. Vellard miró el cielo. La nube de polvo se había disipado un poco, y pudo ver la nave alienígena que lanzaba los misiles.
–A mí tampoco me queda mucho más, Kil. A mí tampoco –Vellard abrazó a su perro y esperó que todo terminara.

jueves, 3 de septiembre de 2009

ciencia ficción para chicos II

Este cuento está dedicado a los chicos de la escuela "Nuestra Señora del Huerto", de Rosario. Por sus lindos comentarios; por los increíbles finales propuestos para mis cuentos; por el entusiasmo, y por visitarme tan seguido... Un nuevo cuento de ciencia Ficción para chicos.
saludos!!


TECNOLOGÍA OBSOLETA
TZQ2 abrió sus metálicos ojos, luego de recargar su batería toda la noche y se dirigió al cuarto principal a lubricar sus articulaciones con un poco de aceite. Vivía solo en un pequeño departamento sobre la calle principal.
TZQ2 se dirigió a un panel en la pared, lleno de botones, y oprimió el que tenía un número 113. De un pequeño agujero en el suelo, apareció un hombre, de pelo morocho, con los ojos cerrados y vestido de color plateado. Cuando abrió la boca, comenzó a cantar. De sus labios salió una dulce melodía que cubrió toda la habitación. TZQ2 oprimió algunos botones del panel, y el hombre inició una nueva canción. Luego otra, y otra más. El robot oprimió el número 61, y un nuevo hombre asomó por una de las paredes, también con los ojos cerrados y vestido de plateado. Con sus manos, roció al robot con un frasco lleno de aceite. Y luego le arrojó otro poco por la abertura que parecía una boca. TZQ2 oprimió un nuevo botón y el hombre desapareció por donde había llegado. El robot se acercó a la ventana y miró a través de ella. Afuera otros robots caminaban por la calle, saltaban a la soga, limpiaban vidrios y conducían carretas tiradas por humanos. Algunos humanos estaban parados en la calle, sosteniendo carteles con extraños símbolos. Las carretas se movían, pero cuando los humanos cambiaban de señales, algunas se detenían, y las que se encontraban detenidas, avanzaban. En el jardín de la casa frente al edificio de TZQ2, un robot sostenía de los pies a un hombre que con sus manos cortaba el césped. TZQ2, volvió su mirada dentro del departamento, oprimió un nuevo botón, y otro hombre apareció desde el suelo, esta vez en cuclillas. Luego de unos segundos, el hombre desplegó sus brazos, y estiró un frasco con aceite.
–Bien caliente –dijo TZQ2 luego de tomarlo con sus tenazas.
La música seguía sonando en la habitación.
Un extraño pitido se hizo presente, y el robot oprimió el número 275 de la botonera sobre la pared. Un nuevo hombre apareció haciendo el extraño sonido con su boca. TZQ2 se acercó y el sonido se detuvo.
–Hola. ¿Quién habla? –dijo con voz tranquila mirando el rostro del humano.
–TZQ2, habla TXC44. ¿Te encuentras bien? –se escuchó a través de los labios del hombre.
–Si, jefe. Sólo tengo un poco de fricción en las extremidades inferiores. Nada que no se solucione con aceite caliente.
TXC44 rió a través del hombre indiferente.
–Está bien. No es necesario que vengas a trabajar. Tuvimos que cerrar la fábrica hoy porque seis hombres se descompusieron…, y sabes el tiempo que nos lleva repararlos. Tienen estructuras internas muy frágiles.
–Ok, jefe. Entiendo. Le agradezco el aviso. Nos vemos mañana.
TZQ2 oprimió el botón 275 nuevamente y el hombre regresó al agujero de la pared. La música comenzó a repetirse sin cesar. Una y otra vez, la misma estrofa. TZQ2 se acercó al hombre que cantaba, y comenzó a golpearlo en la cabeza. Dos, tres, cuatro golpes.

En otro tiempo, Martín en su cuarto, escuchaba música. El CD comenzó a fallar y la música no dejaba de repetirse. Se acercó y golpeó al equipo de audio. Una, dos, tres veces. Hasta que comenzó a funcionar nuevamente. Tecnología obsoleta, pensó, y se recostó en su cama.


Si queres conocer más historias de la ciencia ficción para chicos, lee estos cuentos:




sábado, 15 de agosto de 2009

ciencia ficción para chicos

Les traigo un nuevo cuento, publicado en el mes de julio de este año, en la revista de Segundo Ciclo de Ediba. Algo nuevo. Quise probar el género de ciencia ficción para chicos. Salió algo bueno. Si gusta, subiré otros del mismo estilo.

Espero lo disfruten. Saludos!!



Energía Humana

Con el cielo aún oscuro, Coxlit despertó en su cama, luego de un corto descanso. Aún no amanecía, ni lo iba a hacer: el sol hacía años que no salía. La gente del año 2.218 no conocía el sol. Sin un rayo de luz —ni natural ni artificial— que lo guiara, el hombre se puso de pie y se dirigió a la cocina. Tomó el calentador eléctrico y miró en su interior. Un poco de agua, suficiente para un café, pensó. Lo enchufó a la pared y salió. Pasó juntó al televisor, a la computadora, al microondas, todo sin funcionar. Ni siquiera los miró, les fue indiferente, como si supiera que esos aparatos dependían de él para poder ser usados.

Llegó a un cuarto pequeño, ya con sus ojos acostumbrados a la oscuridad. Tan sólo una bicicleta fija, pero que estaba conectada a un gran dispositivo negro, el cual estaba enchufado a la pared. El hombre respiró, se desperezó y se subió al aparato. Pedaleó. Fuerte, rápido, sin detenerse. Pedaleó durante quince minutos, durante veinte, y recién luego de media hora de pedalear, de pronto las luces se encendieron. Toda la casa se iluminó: cuartos, cocina, dormitorio. El televisor comenzó a mostrar imágenes de noticieros. El microondas mostró su reloj parpadeante. La computadora arrancó y por los parlantes comenzó a salir música. Sin embargo, Coxlit continuó pedaleando. Lo hizo tres horas más, sin detenerse. Una vez agotado, y con la tarea cumplida, se bajó de la bicicleta. Ahora podía ver. Luz al fin, pensó. Y salió del cuarto.

Por el televisor se escuchó a una reportera que decía: “Continúa la tarea para potabilizar las aguas estancadas. En una labor increíble, las autoridades de cada país buscan nuevas formas de conseguir agua potable, ya que las reservas en ríos, lagos, lagunas, y todo tipo de acumulación de agua ha sido agotada luego del desperdicio y abuso por parte de los hombres durante años. En otras noticias, hoy se cumplen doscientos años de la creación de la Bicicloenergía, forma de suministrar energía a través de una bicicleta fija en el hogar. El agua ha dejado de ser fuente de energía, al igual que el sol debido a la polución y la contaminación ambiental, y por eso cada ser humano debe producir la energía que necesite para vivir…”

Coxlit entró a la cocina, encendió el calentador eléctrico, y después de tres minutos, tenía su agua caliente para el café. Un desayuno prometedor, se dijo a si mismo, y sonrió. Miró el medidor de energía de su casa: estaba al máximo, le alcanzaría para el resto del día.

Si años atrás se hubieran preservado los recursos naturales, Coxlit seguiría usando su bicicleta, pero sólo para hacer gimnasia.

Si queres conocer más historias de la ciencia ficción para chicos, lee estos cuentos:


Ciencia Ficción VII